domingo, 27 de enero de 2008

El Recuerdo de mi Andrea

Miguel fue uno de los primeros chicos a quien quise mucho. Lindo, tranquilo, sencillo y que a mi corta edad se habia convertido en tan necesario par mí. A veces suele pasar así. Ahora vive en Japon, no se que haciendo, pero lo mejor de todo es que dejó esta historia nuestra que es lo mejor que tengo de su recuerdo. Disfrútenla.
El Recuerdo de mi Andrea

A veces las cosas no salen como uno lo cree haber planeado. Solo en un ínfimo instante creí que las cosas serian como pasaron, mientras que la mayoría de mis pensamientos solo circulaban por tendencias de diversión por unas cortas vacaciones.
Fue a inicios de enero de este año que ocurrió todo. Yo viajaba al caribe para tomar unas vacaciones por un par de meses y medio. Mi padre tenía un conocido en alguna parte de la isla. Tenía un amigo que vivía allí hace mucho tiempo y como eran muy buenos amigos este se ofreció a hospedarnos en su casa por todo el tiempo a un costo muy bajo (que importaba eso). Este tipo tenia una esposa realmente linda; ella era venezolana, una chica de 1.72 y unas medidas que, a pesar de sus 37 años por lo menos (su esposo tiene 40 eso si lo se) mantiene sus hermosas curvas corporales en perfectas condiciones. Inclusive me acuerdo que cuando la vi por primera vez a la señora llevaba una falda blanca entera con líneas negras tipo cebra que encajaban increíblemente en su cuerpo y además llevaba un escote realmente como para el infarto (fácil que tiene sus 95-61-95).
Bueno, a nuestra llegada al aeropuerto mi padre detuvo un taxi para entonces llevarnos a la casa del tío este. Ya lo conocía porque ya mi padre se quedo alguna vez en su casa. Era como las 8 de la mañana cuando llegamos allí, una enorme y linda casa de dos hectáreas, con un gran jardín y en medio una piscina que te hacia suponer y creer que estaba soñando con el paraíso. Entonces fue cuando al sonido de la puerta salio Juan (el suertudo tío), lo abrazo muy entusiasmado a mi padre y a mi madre, y luego a mí. A mis 16 años no tenia interés en escuchar sus pláticas aburridas y solo pensaba en que me dijeran ¿en que momento y que día me dejarían ir a la playa?, mientras tanto por fin al tío se le ocurrió decirnos:
- por favor pasen, que esta casa es también suya
Que vendita palabra para comenzar. El nos llevo a recorrer los 50 metros que nos separaban entre la entrada y la puerta de su casa de dos pisos. Ya al ingresar nos recibió su sirvienta (que la muy maldita estaba muy bien con esa “faldita de trabajo”) y de pronto, como el venir de un ángel, apareció su señora esposa. Que mujer!!!... se acerco y nos dijo:
- Hola, Justo los esperábamos!
Sonriente, mientras se acercaba a saludar a mis padres y yo solo atinaba a mirarla con una morbosidad increíble y disfrutar de su vendito escote que hacia lucir sus hermosos pechos. Por suerte estuve allí, en medio de todo un sueño casi erótico para mi, cuando ella vino a saludarme con un abrazo tan efusivo que me hizo erectar sutilmente, sin que se percatara, por suerte, nadie de mi “entusiasmo”.
Pero esta historia en realidad aun no enfoca al segundo personaje principal de esta novela. No se de donde fue que de pronto apareció una admirable chiquilla, de unos 15 queridos años, detrás de Adriana (la esposa de Juan), con una sonrisa tan increíble que sentía era parte de un cuadro de bellas artes.
- Y bueno, les presento a mi hija, Andrea.
Fue realmente increíble. Yo que tenía entre mis contactos virtuales a chicas que solo había logrado ver por fotos y a quienes consideraba inalcanzables a mi propia vida, finalmente me hizo sentir nockeado cuando vi a una digna representación de un ángel. Ella era Andrea, una hermosa chica de 1.70 de estatura, con un rostro caído del cielo, muy fino y con unos labios rosados que resaltaban con su oscuro cabello medianamente rizado. Ella, que sin problemas cumplía las medidas perfectas a mi entender, destronaba tajantemente a su madre, a pesar de todo.
Vestía en esa mañana un polito rojo, tipo dividí que hacia notar sus hermosas tetas y ombliguito plano, además llevaba un jean celeste a la cadera y que no me era necesario esperar que se gire para saber que era poseedora de unas admirables piernas y pompas. No pude evitar sonrojarme ante ella.
La verdad es que no me di cuenta en que momento saludo a mi padre y madre, solo sentí que con una preciosa mirada y una sonrisa de ángel se acerco a mí sutilmente para decirme:
- Hola, que gusto conocerte al fin
- Hola Andrea…
El fin… mi extenuante nerviosismo me obligo a no decir nada mas, creí sentir ahogarme y hasta creí haberme quedado mudo, pero si estaba impactado. Para suerte mía, creo, nadie se dio cuenta de mi nerviosismo y siguieron conversando unos cinco minutos mas en su sala mientras ella estaba sentada al lado de su madre y yo, frente a ellas sentado, tenia un cuadro de película ante mi vista. No podía escapar de ver el hermoso escote que mostraba Adriana (la carne llama mas), sin embargo mi vista estaba concentrada en Andrea y en todo lo que era y representaba entonces. Me preparaba para algo realmente increíble.
Promediando las 9:30 subimos a nuestro cuarto. Pude observar que al lado izquierdo habían dos cuartos mas mientras nos dirigíamos a un par de metros a la derecha. Allí estaba nuestro departamento.
Ya en el cuarto, mientras ayudaba a mi padre a desempacar las cosas, mis pensamientos estaban en esos increíbles diez minutos donde mi mente grabo todos los pasajes de la hermosa chiquilla de 15 añitos. Desde su hermosa mirada, su rostro, su cabello y su finísimo cuerpo de infarto, todo y cada milímetro suyo era de admirar en ella, la bellísima Andrea.
Al terminar todo decidí darme un duchazo muy frió y dar rienda suelta a mi morbosidad, solo apaciguada por un reverendo pajazo que me provoco tener que limpiar todo el piso y la ducha posteriormente. Que importaba, valía todo por lo que me había pasado entonces. No podía creer que estaba viviendo en el mismo techo que ella. Vaya suerte que aun recién comenzaba…
Al terminar la mañana a mis padres se les ocurrió salir a la ciudad para hacer algunas compras en la feria con mi madre. Me preguntaron si quería ir pero decidí quedarme a ver que había en el televisor y descansar un poco. De repente yo creí que todo lo que me había pasado y sentido hasta entonces me había cansado a si es que me tire a la cama y me puse a escuchar música. De repente fue solo minutos, pero al fijarme el reloj ya había sido una hora que estaba solo, cuando de pronto escuche tocar la puerta de mi cuarto (que daba al pasadizo de la casa) y al ir a abrirla me quedo con la sorpresa que era Andrea:
- Hola, tienes unas tijeras?, préstamelas porfis
Me dejo literalmente abobado… no sabia que hacer, solo la miraba con su espectacular sonrisa que ya me había encantado y que en mi gran esfuerzo a tranquilizarme alcance decirle:
- Ahh, voy a buscarla, ya vuelo
Me quede muy impactado, nunca creí que la vería allí y hasta ciertos momentos me asuste de eso. Fui corriendo a buscar alguna tijera por allí y mientras lo hacia me tomaba mi tiempo para respirar tranquilo, mas que nada para verla de nuevo y no sonrojarme allí. Cuando la encontré y fui a llevarla ella se esperaba mirando sus uñas, razón como para poder observar mejor su increíble cuerpo (a pesar que llevaba jeans se veía espectacular). Aquí esta!, de dije; ella me sonrió, me miro y me dijo con un tono dulce y ligero:
- Gracias, eres muy lindo, ya te la traigo
Haaaa!!!!!!, que increíble!!!. Para mi todo eso era suficiente. A pesar que no entendía porque lo dijo, el hecho de sentir que me había dicho algo halagador una chica tan hermosa me genero una taquicardia fantástica. Fueron las primeras palabras que me dijo y ya sentía haberme enamorado de ella. Entonces atine a sentarme y en un minuto mas echarme para cerrar mis ojos y sentir no despertar de este sueño que era de carne y hueso. Me sentía hipnotizado por cada micro segundo que podía verla, además aquellas cortas palabras suyas “eres muy lindo” y mas aun que venia de ella, una chica a quien en ningún transcurso de mi vida creí que se fijaría en mí como ser humano, pero lo hizo y ya era hasta suficiente entonces.
Aunque no tardo en traérmelo lo sentí algo prolongado el tiempo y ansia de espera, pero ya la tenía allí, de nuevo sonriéndome tan tiernamente y entregándome de sus hermosas manos ese pretexto llamado tijera, para decirme muy encantadoramente:
- Gracias.
Parece ser exagerado, pero no es así.
Después de eso se vino la noche, algo fresca, con un fuerte calor caribeño y con una fresca brisa que era digna de sentir en la ventana. Era todo lo que necesitaba para darme una siesta de aquellas que deseas nunca despertar.
Ese fin de semana (luego de tres días transcurridos) mi vista se deleitaba con Adriana, quizás algo irrespetuoso al no llamarla señora, pero mi ojos mensajeaban a mi cerebro diciéndole que ese cuerpo no pertenecía a alguien quien ya había pasado a las filas de las “señoras”. Yo la encontraba siempre allí, andando en el primer piso de un lado a otro, mientras que yo, desde el segundo piso, podía seguirla a todos lados. Creo que tenia la costumbre de llevar siempre faldas enteras, esas que imaginas que cuando las quitas no queda nada a esconder pero que solo muere en tu perversa imaginación de un muchacho desesperado como yo. Además, su hermoso escote se prestaba para calentarme más y sin medida; ella seguía moviendo su cuerpo para hacer distintas cosas que no me importaban, hasta que llegaban a su lavandería. Cada vez que esta deseada señora iba a lavar algo, obligadamente se inclinaba para hacerlo bien. Mientras que del segundo piso podía disfrutar más aun de sus espectaculares senos, en el primer piso (al cual la familia nos daba la plena confianza de transitar) se podía observar unas increíbles piernas que relucían un perfecto bronceado y casi unas increíbles nalgas. Era suficiente para descargar todas mis emociones del día. Pero solo es el segundo plano de mis atracciones.
Andrea normalmente no estaba en casa y eso me obligaba a perder mí vista en Adriana, pero cuando tenía la suerte de verla, solo la miraba con cierto grado de amor y basta lujuria. Cada día tenía distintas maneras de provocarme. Se vestía unas prendas que le pegaban al cuerpo y al cual te mostraban lo hermosa que es y lo delicada que la sientes, pero lastima que no eran muchos momentos. Entonces llego domingo.
En la mañana, mis padres salieron a visitar a un familiar suyo, no se quien, pero como soy una persona a quien le “encanta” estar en conversaciones combinadas con menopausia e impotencia, era un placer decirles que preferiría quedarme en casa. Ese día Juan y Adriana también hicieron lo mismo, pero no lo supe hasta después.
Mientras me encontraba en el cuarto escuchando música, como a las 10 de la mañana, tocaron la puerta y salte del susto porque creía que estaba solo; era Andrea. Que hermosa; estaba vestida toda perturbadora con una minifalda blanca que hacían resaltar increíblemente sus preciosas piernas largas, mientras que su polito negro mostraban un ombliguito tan bello acompañado de su leve escote que era suficiente para hacer notar con gran sutileza y lujuria sus hermosos senos. Yo estaba impactado.
- Ho… hola.
Dije haciendo notar claramente en mis ojos lo impactado que me encontraba ante aquella hermosa mujer.
- Hola, vine a visitarte…
Era lo que me decía posteriormente. No sabia a quien agradecer de su existencia y de la suerte que tenia en esos momentos, no importaba que tiempo, me encontraba frente a la mujer más hermosa que para mí gozaba de existencia en este heterogéneo mundo. Luego me dijo:
- Mis padres se fueron a la casa de playa y seguro que llegaran a media noche o mañana todavía; quería saber si puedes acompañarme a tomar desayuno
- Claro!, esta bien me pongo algo y vamos.
Y mientras sacaba un polo ancho (para no hacer notar mi “emoción”) pensaba en lo increíble que era al decirme que se sentía sola y que me había elegido para ser su acompañante en la mesa. Se que quizás no tenia alternativa, quizás, pero no podía creer la suerte que tenia de tener frente a mi a una muy deseada mujer de cabello azabache con unas curvas de infarto. Me sentía bastamente halagado de estar solo instantes o quizás no se cuanto tiempo con ella, solos los dos, ella y yo y no pensaba desaprovechar mi oportunidad. Solo se que ese día para mi fue uno de los días mas increíbles que recuerdo en mi vida y me lo llevare a la tumba.
Ya en la mesa, ella sentada casi al frente, no podía ocultar el deseo de mirar su escote que me estaba volviendo loco. Por cortos momentos ella tuvo que darse cuenta y me lo hacia saber cuando sonría de una forma tan picara que me sonrojaba por lo hecho. Ella me contó algo de ella, lo que hacia y lo que estudiaba, lo que escuchaba y lo que quería, lo que miraba y lo que admiraba; no importaba, solo su presencia y sus carcajadas que gozaban de una confiada alegría eran algo mas de ella y de lo que deseaba. Por momentos me perdía cuando la volvía a mirar como mujer, sus labios, sus hombros, sus manos; ya no sabia que hacer y de repente hasta quería besarla pero hubiera sido lo mas estupido que hubiera hecho entonces ya que arruinaría la magia de los próximos minutos.
En un abrir y cerrar de ojos ya eran las 11:30. Ella se paro y fue hacia su refri para sacar unas uvas. Mi vista estaba premiada. Mientras me decía no se que diablos me dio la espalda para agacharse y coger me imagino la fruta, mientras yo me estaba volviendo loco de aquella visión de sus muslos desnudos que se cruzaban levemente y que me estaban poniendo como tren. Cuando ella se paro y volteo repentinamente imagino que vio mi cara de bobo para que me mirase y sonría coquetamente mientras yo me avergonzaba del momento. La muy maldita me estaba torturando con todo ese espectáculo y ella gozaba de esos momentos ya que me expresaban sus carcajadas algo de placer y morbo por todo lo que me generaba y lo sentía. Ella con tremenda conchudez me pregunta:
- Hay chiquito, porque te sonrojas? Jajaja
No podía decirle nada en ese estado, estaba avergonzado pero con todo eso no me sentía culpable. Fue cuando de repente me dijo una palabra que cambiaria toda mi forma de pensar entonces:
- me encanta que me mires así….
Fue suficiente. En ese momento cambiaron sutilmente mis pensamientos de niño tonto, que no pensaba en aquella bella posibilidad de poder llegar a más y solo decidí ser sutil al decirla suavemente:
- Sabes Andrea, eres linda…. Y me imagino que los chicos deben estar persiguiéndote por todos lados
- Si es cierto me molestan mucho pero me encanta que me miren no te lo niego…. Y más me encanta que se sonrojen cuando me ven, jajajjaja….
Ya no podía mas, me estaba diciendo la muy maldita que le encantaba que la mirara entonces y quizás eso desertaba en ella el morbo que a mi ya me explotaba. Era increíble tener que vivir en el mismo techo con una chica tan increíble como ella y mas aun, casi mirarla sin tener problemas que cuando te descubra no te abofetee la cara por el atrevimiento. Ella mas bien me recompensaría por hacer lo que yo mas disfrutaba en esos momentos.
En ese momento ella fue a buscar e la cocina a su sirvienta que, para sorpresa mía, le dijera que se podía tomar el día libre y que venga mañana sin problema alguno. Obviamente sin más reparo la sirvienta se fue 5 minutos mas tarde para ahora si dejarnos a los dos solos con una inmensa casa de ensueño y un perro que ya me lo había ganado. Pero mi sorpresa fue más grata aun cuando ella, coquetamente se me acerco al oído para decirme con un tono medio morboso:
- Que te parece si vamos a la piscina…. Me acompañas?
- Ah!.... si si, si me gustaría… voy al cuarto a buscar mi ropa de baño
- Ok, yo también haré lo mismo si, te espero abajo en cinco minutos….
Y así fue. Si para mi era un infarto mirarla de cómo caminaba con esta perturbadora ropita y como se contorneaba su traumática falda sobre sus nalgas y rozando sus muslos, el hecho de pensar que la vería en ropa de baño me estaba poniendo loco. Fui volando a mi cuarto para descargar mis emociones en el baño y luego ya algo tranquilo colocarme el traje para bajar a la piscina. Creo me demore unos 10 minutos, suficiente tiempo como para imaginar que ella ya estaba en el agua o solo cómoda echada frente a la piscina, pero no fue así. Al bajar llegue al jardín y vi que aun no bajaba, me parecía extraño por el tiempo que ya había transcurrido, entonces decidí sentarme frente a la piscina con el pretexto de tomar el sol pero con la increíble necesidad de ya verla en ropa de baño. Al final no importaba el tipo, si seria entera o en dos piezas, para mí ya era suficiente verla en solo una muy sencilla y pegada vestimenta que me haga lucir su extenuante cuerpo y sus hermosas partes que ya eran parte de mi asombro. No espere mucho creo y finalmente aquella corta espera se disolvió en mi mente para transformarse una vez mas en un increíble asombro. No pude creerlo; esta hermosa mujer se acercaba a mí, a unos 20 metros, con un bikini de dos piezas realmente increíbles. No podría describir tal magnitud de la belleza que entonces se me acercaba con su más fina sonrisa de diva y con su más puro y terso cuerpo envuelta en tan sencilla pero hermosa prenda. Simplemente dije gracias entre todas mis conclusiones. Es uno de los recuerdos más bellos que tengo de ella y que jamás borrare ni un ápice de mi mente. Me sentí orgulloso de ella y hasta sentí que la amaba profundamente. Una vez mas me sonrió mirándome a los ojos diciéndome como una buena niña, “ya vine” mientras que en un abrir y cerrar de ojos ya estaba echada a mi costado.
El sol de aquella isla es increíblemente insuperable de perfección. Va como lo quieres, sin abuso de exclamación ni mucho menos grosería al llegarte a la piel; es suave y fuerte, así como el aire que corre sin prisa alguna y sobre todo eso se encontraba ella, diciéndome no se que cosa o contándome algo, pero que en mi mente la sentía toda y la tocaba con ternura. Entonces, a ella se le dio la gana de sentarse y mirarme mientras se echaba bronceador en sus brazos.
- Y que piensas al respecto?, pregunto.
- Eh yo?
No tenía ni idea lo que me decía y por cómplice de mi demora ella una vez mas emitió su tan original sonrisa que me expresaba una muy hermosa burla a mis perturbaciones:
- Hay Miguel en que o en quien andarás pensando…
- No, solo miraba el agua y me distraje
- Claro. ¿Te parece si nos metemos al agua?
- Uhmmm esta bien vamos.
En ese preciso instante ella no dudo en levantarse para, según ella, estirarse y lanzarse. Y lo digo así, porque en ese momento que se levando pude disfrutar de una increíble vista. Su bikini era un hilo dental. No se como describir mi asombro ante tal espectáculo, quizás ella se dio cuenta que me quede mudo por un buen rato, exactamente mientras ella me daba la espalda. ¡Que tales nalgas dios!, estaba completamente abobado al ver su par de hermosas nalgas que estaban frente a mi. Realmente fue todo eso increíble; su cintura desnuda, su espalda y la muy delgada línea de tela que separaba, no se como, a una carnosidad de la otra, no lo podía creer. En ese mismo instante ella, aun de espaldas, me pregunta:
- Y, te gusta lo que ves? Jajajaa…
La maldita se reía coquetamente mientras yo aun pensaba en que responderla.
- Haaa, si.
Dije casi sin oxigeno ni con el deseo asustadizo de que me escuchara. Solo percibía sus carcajadas que me hacían suponer que se burlaba de mi notoria perturbación ante tal hecho. Al rato me miro, se acerco a medio metro y con su hermosa sonrisa con tamiz pícaro me dijo:
- Bueno, venga, dame la mano y vamos a la piscina
- Ah ok adelántate mientras me quito los zapatos
Que estupida excusa!, no llevaba zapatos y peor aún, mi pretexto fue porque todos esos cortos diez segundos me habían provocado una erección de aquellas, que a pesar de mi ridículo argumento no logre pasar desapercibido. Ella se dio cuenta y para aparentar que no se volteo rápidamente con su rostro sonriente y algo morboseada para tirarse al agua. Pero eso no evito que me sintiera avergonzado yo.
En los primeros 5 minutos que lo pasamos en el agua no hablamos de nada. Ella se fue casi a un extremo y yo en el mismo lugar solo metía mi cabeza al agua. Por ratos me daba una miradita para que posteriormente me sonriera como cuando uno esta flechado. Quizás así lo sentí y quizás ese fue el motivo para que, nadando, ella se me acercara y me tomara por la espalda (mejor dicho del cuello) para jalarme e intentar ahogarme. Al rato y al lograr su cometido atino a escapar para evitar perseguirla (y obviamente invitarme sutilmente) y hacer lo mismo y entonces la comencé a perseguir y perseguir hasta cuando por fin la alcance y entonces me sentí con la mas entera confianza de tomarla del hombro para ahogarla. Ya no podía pedir más; estuvimos jugando como dos niños tontos en el agua, persiguiéndonos y empujándonos con ternura más que con destreza de querer ganar este pretexto. Todo eso nos duro como una hora dentro del agua y yo me sentía enteramente complacido con el solo hecho de poder tocarla, tan solo un poquito y por ratos otro poquito mas y decirle a mi diario que viví ese día el sueño de mi vida.
Unos minutos después salimos a tirarnos y disfrutar algo del sol que era muy tentador entonces; ella se tiro boca abajo regalándome una hermosa vista de su mas preciado culo. Por varios instantes mi mente borraba esas finas telas que la cubrían para imaginarla completamente desnuda mientras su bikini ayudaba a mi causa. Era realmente sorprendente las increíbles curvas y redondez que tenían sus nalgas, en cualquier ángulo que lo miraras.
Ya casi a la entrada de la penumbra es que decidimos entrar a cambiarnos. Nuestros cuerpos se encontraban totalmente torturados del trajín y fatigados por todo lo transcurrido en la piscina. Al rato me dijo que después de ducharnos nos encontráramos en el comedor para comer algo, propuesta que para mí fue un placer cumplirla.
Mientras el agua refrescaba mi camaronica piel, mi mente estaba completamente trasladada en ella. Solo cerraba los ojos para pensar en lo que solo a un instante me había pasado y hasta de lo que había tocado. Aun no lo podía creer que me había pasado, menos todavía con tan brillante compañía que era parte entonces de mis más gratos momentos y deseos. Solo por ratos mi mente me enfermaba imaginándomela desnuda conmigo en la ducha, besándola todita y gozando de su hermosa desnudez. Esa vez la dedique sin más reparos y lo disfrute como si me hubiera pasado el orgasmo mas profundo con ella. Baje unos segundos después, con un polo ancho muy ligero para no sentir que me irritara la piel del tremendo sol que me había torturado. Baje muy corriendo para servirme algo ligero; ella aun no bajaba y me apresure a devorarme lo que encontrara, para que cuando baje aparente no ser grosero al comer.
Quizás pasaron unos cinco minutos cuando de pronto ella grito desde su cuarto:
- ¡Ya bajo en unos segundos!
Y no paso casi nada, cuando de pronto mis sueños y fantasías mas profundas bajaban con un vestido blanco muy corto y sencillo y de una sola pieza. Ya era demasiado, ella si con faldita se veía hermosa, con bikini se veía espectacular, con una faldita así y con el perverso olor de una mujer recién bañada ya era demasiado para todo lo que tenia que pasar ese día. No pude resistirme a decirle algo y deje atrás todas mis vergüenzas para mirarla fijamente y decirla con toda mi exclamación merecida:
- Eres muy bella Andrea…
Ella, sin más reparo en reírse por lo abobado que estaba, solo me regalo una hermosa sonrisa sincera para decirme con sus delicados y carnosos labios:
- Gracias Miguel, me encanta que me digas eso…
Solo fue eso y con eso cerramos el día de los halagos y de la introducción a algo que sin darnos cuenta y para suerte mía nos estaba uniendo más y de la forma más rápida y hermosa para mi gusto y encanto. Me estaba enamorando de ella y creo que la pieza fundamental era lo hermosa que por todos los ángulos era ella para mi… sin duda alguna y como complemento sentía que sus gustos eran los míos… mientras yo disfrutaba mirándola y disfrutando de la belleza que gozaba de ser suya, ella se deleitaba de las cosas que me generaba al momento de enseñarme sus preciosas curvas y atrocidades, además de percibir un sentimiento de morbo a desear querer enseñarme mas de ella, que también me excitaba y enfermaba por ratos. Esa noche nos despedimos sin antes regalarme lo que para mi cerraba la noche con broche de oro. Se me acerco, contorneando su bella figura y sacudiendo suavemente sus senos para regalarme un suave beso en la mejilla y decirme:
- Me encanto que me acompañaras hoy Miguel… Dulces sueños.
Me dio la espalda y en el filo de la escalera vi escapar a la persona que desde entonces representaban mi digna tortura al suicidio y locura. Solo le dije “hasta mañana Andrea”…
Por la noche, mientras estaba echado intentando no dormir para que no acabase el día que había tenido, mi mente comenzaba a recordar lo fabuloso que fue para mí haberme quedado en casa y tener la magnifica presencia de la mujer que al inicio juraba inalcanzable. No se si el destino me había preparado una tortura o algún sufrimiento sin culpa, pero de aquel día se me grabaron sus redondas nalgas que disfrute ver tan cerca mientras ella estuvo parada antes de entrar a la piscina y las que me mostró mientras descansaba echada boca abajo. Bueno, aun me quedaba casi todas mis vacaciones y solo sentí el derecho, con mi absoluta certeza, de pensar que pasaría algo mejor todavía en los próximos días con mi adorable Andrea.



A veces las historias aparentan tener exageraciones… ese tipo de exageraciones no suelen ir al lado de mis vivencias y menos cuando ando cuerdo recordando algunas cosas. Andrea estaba formada de un sin fin de expresiones corporales, que sin necesidad de ser tocado y hasta ni si quiera ser visto, su presencia se siente y se disfruta. De vez en cuanto uno se divierte al Salir a la calle o quizás exquisitamente a alguna bella playa, pero la sensación de estar frente a ella provocaba en cada extremidad de mi vida una leve y sensual descarga eléctrica combinada con algo de excitación. Ella es así y es mejor representada así. Quizás no tendría que decirte mucho, pero ya significaba demasiado. Eso era lo increíble…
Un día me propuse lavar mi ropa. Era una tarde algo nublosa o quizás solo opaca. No tenia mucho en mente para ese día a si es que estuve en la lavandería, en la azotea, pensando en quedarme como unas cuatro horas mientras observaba quien diablos vivía alrededor. De repente sin imaginarlo y en mis estados más sorbidos y sombríos siento una presencia detrás. Era ella… con su más talentosa mirada que me derretía sin hacerlo a propósito y me clavaba una ternura dentro de mis conmovidos latidos generados por su presencia:
- Hola Andrea, como estas?
- Hola Miguel, que gusto verte hoy…
Y sin más preámbulos tuvo la delicadeza de acercar su mejilla a mi rostro para sentir con mis labios su tersa piel. Ella traía una pequeña canasta con algo de ropa e imagine rápidamente que necesitaría la lavandería:
- huy, bueno, igual ya termino de lavar solo déme cinco minutos para terminar si?
- Ah, no, no te preocupes, solo necesito un poco de agua y mientras tu estés allí me sentare en el piso para mojar esta ropa con algo de detergente…
- Bueno, ok entonces sigamos
Sin darme tiempo a terminar de hablar, ella literalmente me empujo a un costado para llenar con agua su pequeño balde. Sonreí ante su delicada grosería y ella acompaño mi alegría con otra más resaltante aún. Lo encantador de todo es que ella, una vez mas, llevaba una faldita muy corta tipo jean y un polito blanco muy escotado (para mi agradecimiento hormonal) y me daba una hermosa vista de sus dos hermosos senos. Al sentare en el suelo tuvo que hacer malabares para intentar cubrirse su entrepierna y finalmente se tuvo que cubrir con un pañuelo. Ella comenzó a contarme sobre alguna antigua relación que tuvo en su centro de estudios, con un chico medio maniaco que le gustaba andar en motocicleta y que por cierto eso era lo único que le había encantado de el. Y después, otra y otra historia más; no importaba, la tenia allí cerca, muy cerca y casi con las piernas totalmente abiertas y solo cubiertas por un delgado pañuelo.
Casi una hora después tuvimos un corto silencio que se genero cuando intentábamos hablar de mí. En eso, sin que ella lograse darse cuenta, al mover una de sus piernas es que el vendito pañuelo se movió ligeramente, para que así me regalase una hermosa vista de su tanga negra. ¡Que regalo!, realmente hermosa vista la que esta divina mujer me regalo sin darse cuenta, pero tanto fue la emoción que creo hice notar mi impacto con mi nerviosismo… mi vista caía a su entrepierna y se forzaba cuando ella me hablaba mirándome a los ojos. Que hermoso. Al final ella se dio cuenta y tubo que taparse como estaba al inicio y seguir conversando. Media hora mas, se paro y se despidió de mi sin mas.
Esa noche pensé en ella como todas las noches anteriores. Sus ojos, sus cejas, sus labios y todo lo que conformaba a aquel ser humano que era digno de retratar. Mejor descanso para no tenerla tanto tiempo mas en mi mente.

Un día mi madre preparo unos queques de casa (por cierto muy solicitadas en la familia). Pues yo no podía quedarme con las manos cruzadas de darle el gusto a Andrea para que probara esa delicia. Enseguida fui corriendo a su cuarto para llevárselas unas cuantas:
- Andrea!... Andrea!!!, donde estas?
- Ya salgo Miguel, siéntate que ya voy…
Me respondió de su baño. Entonces mientras observaba sus cosas y su muy tentadora cama me pude percatar que encima de su lecho había un vestido color negro muy elegante y una tanga negra (imagine entonces que era la que le había visto aquella vez). Me ruborice al verla frente a mí e imagine que saldría con sus amigas o algo así esa noche. Al sentarme y esperar en aquella tranquilidad fue que escuche el sonido de una ducha. ¡Ella se estaba duchando!!! Y no sabia que hacer. Ese detalle me permitió mas aun estar pendiente de su salida y de mi tenso nerviosismo de quizás asustarla a pesar que ella me había dicho que la esperara. Fue cuando en esos tres minutos transcurridos salio ella del baño. Fue increíble. Estaba saliendo con una toallita, con todo su cabello húmedo y con su muy característica sonrisa risueña que me volvía loco:
- Miguel, perdón que me haya demorado que estaba dándome un baño
- ….
No dije nada. Estaba temblando y ella se secaba el cabello con una tela dirigiéndose a su cama:
- Y que te trae tu inesperada visita?
- Bueno, te traje unos queques, espero sean de tu agrado….
- A gracias!, a ver déjamelos probar un poquito
Enseguida se me acerco, me tomo del brazo para apoyarse y tomar uno. Ese instante fue realmente torturador; el olor de su humedad, frente a mi, casi desnuda y recién bañadita realmente me volvió loco. Mis mejillas se sonrojaron y mi boca se quedo abierta. Obviamente abajo tenia un gran problema que me era complicado cubrir y solo la fuente me ayudo a que ella no se de cuenta del detalle este:
- Uhmmm, están bien ricas, donde la conseguiste?
- Ehhh mi madre las hizo. Son para ti….
- Que encantador… no te preocupes, en 15 minutos vuelves para llevarte la fuente si y así también me das tu opinión de si me veo bien con mi ropa nueva, si?.
- Ah ok esta bien, entonces vuelvo
- Ya, te espero….
Solo así me tuve que dar la espalda bruscamente para que no se diera cuenta de la semejante erección que me había provocado. No lo podía creer por lo que había pasado, estaba mudo, pero tenía que volver a reponerme para estar mas tranquilo en un rato más. Y faltando unos minutos decidí volver a su habitación con el buen pretexto de la fuente y así verla de nuevo. Cuando toque la puerta ella ya estaba lista y tuve otra sorpresa más:
- Miguel, que tal me queda esta faldita, te gusta?
- Andrea!!... te ves… eh… no se que decirte
Me había dejado mudo. El corte de su vestido en la espalda era realmente bello. Aquel vestido negro elegante era de infarto y muy sencillo, lo suficiente como para percibir el espectacular cuerpo que tenia.
- Te ves bien.
- Que?, Solo bien?, baaaa… pensé que te gustaría
No podía ser abiertamente sincero a ella por el tremendo cuerpazo que tenia y por lo increíble que se veía entonces, pues quizás tenía miedo a darle la opinión menos precisa.
- Bueno, me gusta mucho como te queda el vestido Andrea
- Enserio te gusta?
- Si, realmente me gusta
- Que bueno… Miguel, iré con unas amigas a una disco, pero quisiera que vengas a recogerme como a las dos de la mañana. ¿crees que podrás hacerlo?
- Si claro!!, allí estaré…
- Ok gracias, entonces te espero… aquí te dejo el lugar.
Y así salio… En realidad no tenia ni idea como salir de aquí a esa hora, pero no podía perder la oportunidad de poder estar con semejante mujerona y sentir la envidia de los demás. Me gusto que me lo dijera y mas aun que con su pedido me confirmaba que estaría con chicas y de repente chicos, pero no con su posible enamorado… solo tenia que pensar en como salir.
Como a la una y media aun estaba en casa, pensando que haría; mis viejos estaban durmiendo como muertos y todo estaba oscuro. Sin mas rollos Salí por la ventana del cuarto y deje semi abierta la ventana de la sala para escapar. No importaba entonces. Salí corriendo de la casa y en el transcurso me percate que cambiaba mi agitación por las ganar de verla nuevamente.
Ya a una cuadra del local donde la recogería me topaba con chicas que estaban cañón, me sentía en un desfile de modelos con tantas chicas lindas, pero ya sentía pasarlas con no tanta atención como la espera que tenia por mi Andreita. Me detuve a esperar.
Eran las tres y media de la mañana y realmente ya no podía más; me preparaba a irme a dormir y quizás estaba esperando como un pavo sin darme cuenta que quizás sin ningún ruido ella ya había llegado a casa. Para suerte mía y justo cuando ya caminaba media cuadra logro ver que un par de chicas salían de ese lugar. Mientras me acercaba a ellas (imagino que era amiga suya) me di cuenta que sus pasos eran sigsageantes. Por lo visto estaban ebrias.
- Miguel!, pensé que te habías ido. Ven ayúdame que me siento mal… ah, Matilda, el es el chico de quien te hable.
- Hola Matilda…
- …
Estaba hecho un trapo Matilda. Quitándole algunos litros de alcohol de su cuerpo podía observar que su amiga Matilda realmente estaba buenísima. Unas tetas que valían por dos nalgas y una carita de ángel. Me sentí premiado cuando tuve que abrazarlas a las dos para llevarlas.
- Andrea, donde dejamos a tu amiga?
- La llevamos a casa
- Y tus viejos te mataran?
- Jaja… ellos se fueron de viaje
Por fin entendía el atrevimiento de esta dulzura. Aprovecho que sus viejos no estaban para darse una juerga…. Que aun no terminaba. Después de un cansado recorrido por fin llegamos a la casa. Al ingresar, Matilda ya teníia algo de conciencia, pero se puso a gritar y hacer algo de escándalo al que por suerte mis viejos no alcanzarían a oír. Ya en el jardinjardín, Andrea primero fue a la cocina a comer algo y mientras tanto, en un abrir y cerrar de ojos me doy cuenta por la ventana que Matilda estaba al lado de la piscina a punto de tirarse un chapuson…
- Matilda no!!...
En eso Andrea se dio cuenta y me dijo que corriera a ayudarla. La muy mensa se había metido con todo a la piscina y en ese estado. Sin más preámbulos tuve que entrar con mi ropa también para sacarla a la loca que estaba buenaza y que nos llenaba de un susto y que por suerte la saque enteramomentáneo. Cuando la eché tire al suelo, al lado de la piscina Andrea me pidió que la cargara a su cuarto mientras ella me “guiaba”. En realidad no sabía como mas bien cuidarla a ambas debido a lo mareadas que se encontraban. Al rato que entramos ella entro al baño indicándome que la tirara en la cama luego de desvestirla:
- Desvestirla? Yo?
- Si Miguel, mientras me doy un baño
- Pero….
- Apúrate anda, que Andrea no puede mojar mi cama…
Que paso? O es que Andrea realmente estaba demasiado ebria o me encontraba en un país excitantemente liberal?... no lo podía entender y tampoco no me atrevía desvestirla:
- Andrea, y si te espero para que tu la desvistas
- Que te pasa Miguel, nunca has visto una mujer desnuda?
- Pues….
- Entonces desnúdala y tirala a la cama
- Bueno, ok.
Sin más preámbulos ella entro al baño y yo con rebalsante vergüenza me puse a desvestirla (que encanto para mí). Primero la tire al piso para allí sacarle los tacos (donde en el transcurso me daba una magnifica vista de su entrepierna), para así abrir el broche de su falta y, volteándola, quitarla poco a poco… Estaba como un tren… casi encima de ella, mientras Andrea se daba una ducha, la estaba dejando en ropa interior a su amiga que estaba buenísima… La muy maldita de su amiga llevaba una ropa interior muy pequeña y que en transcursos me hacia perder la vista en su recortado monte de Venus. Realmente hermosa. La tire a su cama así sin poder quitarla toda su telita y sin violar las posibilidades de creer que solo “desvestirla” era hasta allí. No vacile más y al rato salio (como para terminar la madrugada, Andreita con su toallita) y con el cuerpo y mirada vistosamente cansada, la miro, me miro, sonrió tan angelicalmente y me dijo:
- Olvide que eres latino y que tienen una cultura más conservadora Miguel…
- Pero, creí que me habías dicho que hiciera eso?
- Si, pero su ropa interior también esta mojada…
- Uhmmmm…. (silencio) uhmmm…
- Jajajaja, me encanta lo tierno que eres Miguel. Ven, siéntate conmigo
Enseguida me tomo de la mano y me sentó en la cama a lado suyo. Yo estaba temblando… el hecho de tener a una bella chica a mi espalda, en ropa interior muy pequeña, mientras Andrea estaba a lado mío, con solo una toallita cubriéndola me estaba dando un hermoso sueño real.
- Nunca había conocido a alguien así… eres encantador.
- Ahh gracias Andrea, tu también eres relinda…
Enseguida acerco sus labios a mi rostro y me dio un profundo beso en la mejilla que se encontraba a su lado.
- Anda ve a dormir Miguel, mañana vemos una película si.
- Bueno ok, hasta mañana Andreita
- Hasta mañana Miguel…
Solo fue eso y quizás lo suficiente para enamorarme mas de ella. Finalmente tenía lo que quería, una hermosa madrugada con dos chicas hermosas y una en especial de quien me estaba enamorando increíblemente. La increíble vista que tuvo mis ojos me incentivo a desfogar mis energías para así dormir cansado y listo para desayunar en unas horas más con ella…

A la mañana siguiente, no se que horas, mi padre se acerca a mi cama y me dice:
- Miguel, hubo un problema en la casa, tendré que volver con tu madre y estaré como unos 5 días allí. Aquí te dejo dinero y no lo mal gastes si, se que deseas quedarte a si es que disfruta tus vacaciones sin nosotros estos días ok.
- Que!... ya ok nos vemos.
Por ratos hasta creí que era un sueño… mis viejos me estaban dejando solo en el departamento y volverían en 5 días!!!... bueno, seguía durmiendo por el cansancio de la noche anterior donde mis padres nunca lo supieron…
Ese mismo día, como a las 11 creo, alguien toca la ventana. Era mi bella Andreita. Cuando le dije que pasara me di con la sorpresa que ella llevaba una pijama tipo faldita de una sola pieza (no se el nombre, pero además eso me hacia suponer que también recién se levantaba). Era una prenda muy delgadita color rosado y unas pantuflas altas que le quedaban bárbaros:
- Miguel!!, oí cuando tus viejos salían, a donde fueron?
- Ah, viajaron por 5 o 7 días; hubo un problema en casa y regresaran después…
- Enserio? Vaya casualidad, mis padres se fueron en una tía al norte y estarán dos semanas allá
- Enserio! (desperté lucidamente)
- Si Miguel… tenemos la casa para los dos solos….
En ese momento mi mente perversa estaba concentrada en sus hermosas piernas que observaba sobre mi cama, medianamente recostada a mi lado y que me elevo la temperatura hasta notarse en la sabana:
- uhmmm, por lo que veo también te encanta la idea…. Jajaja…
Nuevamente me avergoncé y me cubrí con la almohada:
- Ah no, es que hace calor y es incomodo dormir con ropa…
- No te preocupes Miguelito, yo también duermo así, solo que para visitarte me puse eso que no lo uso mucho…
Que maldita, me estaba diciendo que ella dormía desnuda, mientras yo me quedaba como cojudo pensativo… Y mientras mi mente se perdía entonces, en un momento de conciencia observe bien la parte delantera de su pijama…

¡Dios! Se le notaban los senos!!!... esta prenda era tan sencilla y traslucida que podía darme una espectacular vista de sus rosados pezones que acababa de descubrirlos…
- Ah, te gusta mi pijama?
En ese instante la chica perturbadora se para frente a mí y gira lentamente para modelar su pijama solo para mis ojos... Eso me confirmo que no llevaba sostén y si unas braguitas realmente espectaculares. No podía creer lo que mis ojos observaban con tal crudeza:
- Wow… me gusta como te ves Andrea…
- Jajaja… entonces ya levántate y comamos algo para comenzar nuestro día solos…
- Bueno, ok ya bajo si.
- Esta bien, apúrate.
Ella giro su cuerpo coquetamente para salir del cuarto y mostrarme su par de muslos y mover el culo como toda una maestra de la seducción. Me había atrapado y ahora se preparaba para torturarme…


Ese día estuvimos haciendo casi todo juntos. En las mañanas desayunábamos juntos en la piscina, luego nos tirábamos a tomar sol mientras disfrutábamos de algunos jugos que preparábamos o alguna que otra bebida del lugar. En las tardes luego del almuerzo nos echábamos en el sofá y casi siempre terminábamos tomando una pequeña siesta para luego jugar a lo que sea con ella o solo escuchando música, bailando con ella, una lambada o una salsa sensual… habían cosas que hacia que me enamorara mas de ella, además que cada día solía sorprenderme con su ligera forma de vestir. Realmente estaba disfrutando mucho esos días, pero aun tenia muchas cosas por recorrer.

Un día en la mañana ella entro a mi cuarto con su pequeña pijamita traslucida (realmente de infarto) y lo hizo con tal silencio que no me di tiempo de esconder mi expresivo miembro mañanero. La sabana con la que dormía era realmente delgada, imposible de usar otra debido al denso calor que ya se sentía desde muy temprano. Eso realzaba cualquier cosa que estuviera detrás, seguramente el hecho de dormir desnudo complicaba mas la situación. Entonces, ella seguramente percatándose de la situación, se acerco a mi oído y con su suave voz, y de paso asustándome, me digo:
- Que bien se ve jovencito!...
- Ahhh!!.. Andrea me asustaste… (sonrojo)
- Jajaja Miguel, creí que ya estabas despierto
- Ehmmm no, recién me acabas de sorprender
- Si ya me di cuenta de la sorpresa… (una sonrisa malévola)

Entendía recién la situación. Sin duda me había estado observando antes de comenzar a sorprenderme, me sentía avergonzado mientras ella me observaba a los ojos con mirada algo impresionada pero sonriente… pero para entonces me percate claramente que su pijama era de los que realmente eran de sorprender. Aquella prenda traslucida me mostraba sus pezones tan imponentes que nuevamente recupere mi impresión y de paso algo de mi excitación. Entonces, mientras decía no se que, ella se dirigía a mi ventana para abrir las cortinas, literalmente frente a mi, dándome una bellísima vista de su espalda y sus muslos por lo corto que era el pijama que llevaba. Volvía a excitarme por tal vista, que fue cambiada brutalmente por algo mas sublime todavía. En el instante que de golpe abre las cortinas, aquella luz del amanecer la alumbro tan impresionantemente que pude observarla por completo. Vi como esa luz traspasaba las fronteras de su única prenda que llevaba encima, y digo única prenda porque esta luz era tan despiadada con ella y tan generosa conmigo que pude notar muy claramente que solo llevaba esa pequeña pijama encima, sin tanguita ni menos sujetador, su piel era tan clara y linda que la presencia de otro intruso seria obviamente notorio. No pude contener mi excitación y nuevamente estaba como un garrote. Luego ella, con la dulzura que me tenía acostumbrado, giro con tal delicadeza mientras su pijama literalmente flotaba sobre ella; me miro tan sonriente y llena de ternura, sus pezones de igual manera y se acerco con la misma hacia mí para sentarse a mi lado:
- Que lindo sol salio hoy no Antionio?
- Si, me gusta mucho…
- Jaja y porqué tan callado? O aun estas dormido?
- No, solo que…. No nada descuida.

Luego, ella quizás imaginándose la situación (sabia que su prenda era traslucida lo creo), se miro bajando su vista y en un corto instante de silencio se paro nuevamente frente a mí y me pregunto:
- Que tal me queda esta pijamita?, nunca la viste no?
- Ehhh no, nunca la vi…
- Y te gusta como me queda?
- Si si Andreita, te queda muy bien.
- Enserio? Casi nunca lo uso porque se que es atrevida… o que crees?
- Ehhh no se, te queda muy bien me gusta…
- Jaajja pero no te sonrojes Miguel…
- No es nada, solo necesito darme un baño nada mas….
- Jaja bueno, pero enserio te gusta?
- Si claro!, te queda muy bonita, te ves sexy…
- Que bueno… que te parece si te levantas rápido y seguimos en nuestra rutina del día?
- Me parece genial.

Y así fue. Me era casi imposible de creer en la situación que me encontraba. La verdad es que le quedaba muy bellísimo, pero para mis hormonas era un suplicio. Solo por ser tan ligera no lograba observar bien sus nalgas cuando caminaba, pero cuando se detenía en algún lado y se le pegaba a la piel podía ver claramente cada detalle de sus curvas… y era obvio además que sus pezones si eran notorios, eran lo suficientemente obvios como para saber que ella lo tenia presente y eso la convertía en cómplice de su seducción. Le agradecía cuantiosamente por el detalle.
Entonces, sin mas reparo ella salio de mi cuarto y yo fui volando al baño, necesitaba desahogar mi explosiva excitación que había sido provocada por una niña que se encontraba realmente buena, aun mantenía la visión que se me quedo cuando abría las cortinas y la magia de su cuerpo desnudo dentro de esa lujuriosa pijama iluminaba mi visión tanto como mi excitación. No había duda, no llevaba sujetador ni menos tanguita, me sentía en las nubes mientras me excitaba y estaba a punto de emitir uno de los orgasmos mas ricos que me haya provocado, pero que repentinamente fue reprimido ante la presencia de Andrea que ya hacia en mi cuarto nuevamente y me llamaba:
- Miguel!, que haces, donde estas?
- Ahhhhh siii, estoy duchándome en el baño…

Sin más, vi su silueta entrando por la puerta del baño, con algo en la mano y que no lograba distinguir porque aun me encontraba en la ducha y solo rodeado de una cortina del mismo grado de traslucides que su prenda. Recordé entonces que había dejado la puerta abierta y lo había olvidado…
- Creí que estabas algo…. No se, escuche como si gimieras…
- Que!!!! Ah noooo, me estoy bañando…

Entonces sentí un silencio como entendiendo la situación que Andrea comenzaba a traducir en su mente, quizás sin darme cuenta en plena faena debí haber expresado algún gemido mío y que por el grado de excitación que tenia en mí no me haya dado cuenta… entonces, aquel corto silencio entre ambos fue interrumpido por una pregunta tan directa que nadie me lo haya echo en mi vida…
- Te estas masturbando?
- Que!!!!!... noooooooooo, no nada me estoy bañando…
- (silencio además de una carcajada silenciosa) uhmmmm….

Me encontraba en un aprieto. La vergüenza que tenia estaba reduciéndome a mi miedo, en el qué dirá de mi, en la decepción que quizás sienta por mi, por ser tan infantil, no se que… creía que el juicio lo había perdido y todos mis secretos íntimos también, era obvio que me había descubierto…
- Solo vine para que arregles la tostadora, no prende y creí que tu sabias…
- Ah bueno, en un rato bajo y lo arreglo…
- Esta bien, entonces te espero abajo.

Ella lo sabía. No quise bajar, tenia mucho miedo, pero a la vez, entendía que lo que hacía no dañaba a nadie, que estaba en mi intimidad y que era ella quien había violado mi barrera, a sabiendas que le había mencionado que me iba a duchar ese rato, no tenia culpa de nada, no tenia porque sonrojarme ante lo sucedido… Pero además, no debía quedarme así, necesitaba terminar lo que había comenzado, y mientras mi mente jugaba nuevamente a desnudar a mi bella Andrea me percate que ella aun seguía allí, inmóvil, sigilosa, no se, me asusto su presencia, su silueta era notoria, pero mas notoria para ella era mi desnudez, mi clara desnudez y seguramente mi claro empalme que tenia, lo estaba mirando todo y recién me percataba de la situación:
- Andrea, estas allí?
- Ehhh siii, no, ya me voy, te espero abajo…

Y se fue. Me había estado espiando. Que mas, era ella quien me había invadido, a si es que seguro cuando baje luego de mi empalmada podría mirarle a los ojos y conversar sin mas vergüenza ni nada, aunque debo reconocer que no estaba tan seguro que digamos…
Luego de unos minutos más, con las hormonas ya mas tranquilas, me puse algo ligero, un short y un polo suelto, por si las dudas, para así bajar sin reparos y sin miedo (relativamente).
- Hola, ya me duche… donde esta la tostadora?
- Esta allí encima de la mesa.

Ella estaba de espaldas, con aquella prendita provocadora de mis espasmos y de mis excitaciones de aquel día, preparando el desayuno seguramente. Solo atine a arreglar no se que, en realidad nada porque luego de un golpe lo conecte y estaba bien esa maquina. Finalmente no intentaba ni intentaría asustarla ni increparla, solo la deseaba a ella.
- Ya esta!, no tenia nada…
- Ah ok, aquí esta el desayuno…

Acto seguido se giro trayendo una fuente con unos panecillos y jugo y comenzamos a desayunar, mudos, provocando mas con el transcurrir de los segundos nuestras mutuas vergüenzas, complicando mas la situación que debía de romperse el hilo, si no el día seria malo.
- Esta rico el jugo Andreita, me gusta mucho…
- Enserio? Que bueno Miguel lo hice con cariño!.

Listo, ya estaba resuelto, una mutua mirada, combinada con un intercambio de sonrisas nos convertía de chicos nerviosos a cómplices de la situación.

Luego de desayunar fuimos a nuestro acostumbrado reposo frente a la piscina; ella no atino a cambiarse nada, yo agradecía mucho la situación y solo nos echamos a platicar y disfrutar del sol:
- Que rico esta el sol Miguel, me encanta…
- Si esta rico, mas tarde nos damos un chapuzon te parece?
- Claro!, mas bien que te parece si tomamos un vino?, tengo uno guardado que me regalaron?
- Un vino?
- Si, no se, aprovechemos ya que estamos solos en casa que dices?
- Bueno, claro, esta bien, donde esta para traerlo?
- Descuida yo misma voy
- Ok, entonces te espero…

Listo, por lo visto las cosas iban mejor a si es que seguramente se prestaría el ambiente para conversar de todo, hasta de lo sucedido, creo que se arreglaba todo…

Luego de unos minutos y al grabar nuevamente una buena vista de sus nalgas mientras se levantaba a traer la bebida, vino tan alegre como siempre, con dos copas a la mano y una gran botella de vino:
- vaya, creo que ese si es un buen vino!
- O si, es grande pero igual somos dos, me dijeron que es muy rica…
- Si es rica, ya veremos…

Y así nos prestamos a tomar y tomar…

Asi comenzamos a soltarnos sin mas tabúes ni nada por el estilo. En realidad andábamos ya por la tercera copa, el calor de un buen vino siempre inspira a seguir disfrutándolo y a entrar en confianza con quien sea. Cada vez perdíamos aquella singular circunstancia que deambulaba en el desayuno, ahora, ella me contaba sobre el lugar donde estudiaba por las mañanas, las salidas de sus amigas y amigos, de los chicos que le gustaban, todo… la platica en cada transcurso se tornaba interesante, pero cada vez mas sentíamos lo obvio a tocar.

Mi cabeza se concentraba en ella, en observar cada detalle de sus labios, en cada textura de su rostro, en cada cambio de color, en sus bellos ojos que me hipnotizaban, todo, la tentación se iba engrosando cada vez mas, mientras ella me hablaba con dulzura de sus travesuras de adolescente y mientras yo aprovechaba cada descuido para mirarla en completo por la muy fina prenda que llevaba puesta. La sensación inicial de mirarla con la misma prenda no había disminuido, aun sentía la misma temperatura de su ligera ropa tanto como su sutil desnudez; su piel era tan tersa, sus piernas flexionadas apuntando a mi ombligo mientras ella lo rodeaba con sus manos, echada e inclinada hacia mi y disfrutando de tan bella tarde desapercibida por su gracia. Y cerrando con broche de oro por ratos y en el transcurso de nuestras platicas rozaba sutilmente sus rodillas desnudas, siempre flexionadas para no dar mas vista de su desnudez, tan ligeramente que ya parecían caricias mientras argumentaba moverlas conforme la conversación se prestaba a expresar la intensidad que tenia de estar tan cerca de ella. Además era obvio que por ratos la debía tocar, en nuestros escasos diez centímetros que separaba mi cuerpo de el suyo mientras nuestras miradas se hacían mas intensas por el calor de un buen vino helado. La estaba pasando fenomenal.
- y que creerán que estemos haciendo nuestros padres?
- No lo se Andrea, creo que tus padres deben estar mas tensos que los míos
- Y porque eso?
- Porque los míos no sabían que los tuyos no estarían
- Ah claro, tienes razón, pero en algún momento se enteraran
- Eso si, pero igual tus padres deben tener mas miedo
- Jaja y eso porque ahora?
- Pues pensar que estas viviendo con un chico, solos en casa, les dará muchas vueltas en la cabeza no?
- Jaja cierto, les estarán saliendo mas canas ahora jaja.. pero, tu no me harías daño no?
- Uhmmmmm…. Como crees eso? Como te haría daño?
- Baaaa no se, solo se que me encanta que estés aquí…
- (silencio).
- Sabes Miguel, me caes bien, pero tu polo no me gusta
- Jajajaja, y eso porque?, a mi me gusta
- Es que es muy ancho y no se si estas gordo o muy flaco
- Jajaja pero estoy bien, tengo contextura normal
- Baaa no parece, mejor quítate el polo que además hace mucho calor…

“A sus órdenes”, dije por dentro, mientras me despojaba de aquel polo dejándome solo con short entonces. Sin duda cada vez se ponía interesante la cosa. En aquel corto transcurso, mientras me sacaba el polo, note una atención tan prolongada en ella por ver mi ombligo que intente forzar y aparentar una falaz esbeltez…

- Vaya abdominales que Tienes Miguel, por lo visto andas en forma…
- ni tanto, solo algo de abdominales nada mas por día…
- ya veo… y tienes vello en tu ombligo también (silencio espectador)
- ah si, pero creo que es normal…

Ella no despegaba su mirada, parecía tan sorprendida como si se tratase de algo raro, pero por ratos me ponía nervioso. Entonces, mientras se acomodaba a mirar más de cerca uno de sus brazos se apoyo ligeramente sobre el piso, y ni tan segura porque entonces resbalo lo suficiente como para derramar sobre sus piernas y pijama, a la altura de su ombligo, algo de vino:

- Dios!!!, ya me moje…
- Huyyy, jajaja

Nos reímos… tan cerca, mientras nos mirábamos con complicidad. Tan cómplices que sentí en su mirada una transformación de gracia a sensualidad, algo pasaba sobre su cabeza…
- Y ahora, que hago?
- Uhmmmm no se, creo que debes quitártelo…
- Jaja pero si no llevo nada por dentro
- Nada? (me hice al sorprendido)
- Enserio no llevo nada, ni si quiera mi tanguita…
- (silencio sepulcral)…
- Pero sabes que haré mejor Miguel?
- Ehmmmm, que?
- Nos pondremos a par…

Entonces, sin mas que decir, se sirvió un poco mas de vino y literalmente me hecho sobre mi short, exactamente a la altura de donde no debió hacerlo…

- jajajaja… ahora si estamos iguales! Jajaja…
- uhmmm, me mojaste todo, esto no se va a quedar así…

Entonces me pare, tome la botella de vino y en su intento desesperado por correr la tome de la cintura apretándola hacia mi ser y la detuve para echarle por lo alto todo el vino que sobraba…
- Nooooooooooo!!!!!!!!!!!...

Ella gritaba riéndose, intentando evitarlo, pero ya era imposible, mientras las carcajadas nos mataban de placer… solo atine a sentirla tan de cerca, mientras en ese entonces mi interior se preparaba a encenderse por su culpa… pero lo mejor estaba por venir… luego de bañarla completamente de vino y estando ya parados y a escaso metro de distancia, ella mantenía su rostro mirando al suelo con el cabello mojado de vino, mientras su increíble pijama se encontraba completamente mojada y perfectamente pegada a su piel…

dios!!!!!!!!!!!!!!!!!!, que panorama tenia frente a mi… no podía esperar ni pedir mas a cambio, esa escena era lo mas excitante que me había pasado en toda la estadía allí… si en la mañana, solo con la luz que penetraba mi ventana podía observar lo delgado que era su diminuta prenda, con la humedad provocada por el vino, además de verla tan bella como siempre, pude percatarme completamente de su desnudez… no lo podía creer… pero solo fueron unos segundos, ya que en ese instante ella atino a sentarse nuevamente mientras se reía de nuestra travesura, en la misma posición de nuestro momento de charla, flexionando sus rodillas hacia su pecho, algo echada, pero notoriamente húmeda… en esa posición era obvio que sus nalgas por detrás andaban descubiertas, tan tentadoras a mirar, mientras que sus brazos rodeaban a sus piernas desnudas tan bellas que en realidad nunca logre concentrarme en sus temas de conversación…
- Hay Miguel, mira como me dejaste…
- Jajaja, tu comenzaste…
- Jajajaja eres muy pícaro sabes (se acomodaba el cabello)
- Perdon… pero yo termine igual que tu…
- Jaja cierto, también te mojaste jajaja… y ahora que hacemos?
- No se, terminamos de tomar nuestras ultimas copas y nos vamos a cambiar te parece?
- Esta bien…

Y en un rápido sorbo termino su bebida, para luego mirarme y obviamente esperar lo mismo… para entonces estaba completamente excitado.

- listo!, ahora vamos a cambiarnos…

Me pare rápidamente para que no se fije en mi empalme mediatico y dándole la espalda caminaba lentamente, pero, sin más esperar, ella me tomo del brazo y me empujo hacia la piscina…
- jajajaja…

plash!!!...

Ella gozaba de mi caída mientras escuchaba como el agua rodeaba mi cuerpo al instante… fue sorpresivo, y al salir rápidamente me percate lo inmensamente erótica que se veía allí, paradita frente a mi, húmeda y fresca, sonriente y maliciosa, riéndose tan feliz por lo que nos pasaba en cada segundo de nuestra soledad mientras su travesura exhibicionista me daba una espectacular vista de su entrepierna, no lo podía creer… era obvio mi excitación, no lo notaba ella porque aun me encontraba dentro del agua, pero para entonces, mientras subía lentamente al borde de la piscina, la tome del brazo y juntos caímos con fuerza al agua:
- Miguel, nooooooooooooooo!!!!!!!!....

Plash!... sumergidos nuevamente.

Disfrute por todo, mi mente alucinaba todo entonces, mi despertar, la luz de mi ventana, su presencia en la ducha, mi empalmada a su nombre, todo, solo su sonrisa y su bellísimo cuerpo desnudo metido en tan ligera prenda se repetía en las imágenes intercambiadas en mi imaginación, su bello rostro que remarcaba no solo la lujuria de mis tentaciones hacia ella, sino el amor que ya comenzaba a sentir.

Volviendo en mí, Salí a la superficie casi junto a ella, mirándonos a escasos treinta centímetros, riéndonos como un par de niños, mirándonos muy fijamente, todo era perfecto. Para eso importaba poco lo demás, solo sus manos limpiando el agua de su rostro al igual, mientras sonreíamos felices de lo que nos estaba pasando. Yo allí, mirándola fijamente, fijándome sin reparos como su tela había tomado la forma perfecta de sus dos senos, tan delicadas al verlas, tan sutiles y llenas de firmeza, tan imponentes entonces mientras ella cerraba sus ojos cada vez que se tomaba el cabello. Luego tocando sus hombros con delicadeza, transcurriendo ligeramente los segundos, para sin mas imaginar, sentir entre nosotros un disolver de aquellas miradas de felicidad por otras tan inesperadas y sencillas como las de deseo…

Sus ojos miraban fijamente a los míos, las sensaciones se tornaron distintas ante todo, mi corazón palpitaba mientras mi vientre sentía un hormigueo tan raro e intenso, estimulante por completo, ella ya dejaba de sonreír para mirarme con deseo, con tal deseo, aquel deseo que desde mi llegada a su casa había despertado, aquel que sin imaginar crecería cada día en el transcurso de su mirada, de su caminar, de su bella sonrisa, de lo admirable que solía verse siempre, intercambiando prendas que sin duda encajaban al deseo mas solemne de mi alma, que de pronto fue cambiado lentamente por mi acercamiento a sus labios aquella tarde y sin mas miedo a nada darle el beso mas profundo que haya expresado en alguien…

Y así la bese…

Solo atine a sentirla con amor, sus labios tan finos como se veían los expresaba en su tibio beso, tan terso y húmedo, mezclado con dulzura y un sabor sublime a vino, tan delicada al movimiento de sus labios y tan provocadores y letales para cualquier ser humano. Ese beso fue el inicio del recuerdo mas profundo de aquella tarde…

Sin más reparos el tiempo y el vino fue transformando ese beso en otro agitado y ambicioso, deseoso de pasión, tan leve al inicio y tan necesario al sentirlo mas fuerte entonces, la calidez de sus besos provocaba en mí la intensidad de los míos, buscando sentir mas y cada vez con mas ambición de ella.

Luego entonces, transcurrido ese trance y placer mutuo, nos dejamos de besar lentamente para luego mirarnos, quizás preguntarnos “¿Qué paso?”, o como en mi caso expresando un “siempre de desee”… nos miramos algo temblorosos, tímidos y nerviosos ante lo ocurrido, ansiosos por repetirlo, pasmados, lo suficiente como para entrar un instante en la incertidumbre y para luego confirmar en vuestras mentes que aun necesitábamos de mas placer… en unos segundos mas y nos volvimos a besar, afirmados que si lo deseábamos realmente…

Ese beso fue mas intenso. El reparo de abrazarla se convirtió en mas urgente, ella me tomaba del cuello evitando que me aleje, yo la tomaba de la cintura evitando perderla, ambos nos necesitábamos mientras nuestros labios expresaban el amor que nos teníamos, tan puros y discretos al inicio, tan deseosos en el momento. El calor de su cuerpo rodeada por el agua y mis manos se acentuaba más, mientras su lengua se atrevía a jugar con la mía, deseosa de explorar sensaciones, ansiosas de sentir mi humedad, tensa como lo que sin imaginar despertaría en mí silenciosamente… pero no importaba, la bese y luego la bese con mayor intensidad su rostro, su oído, me concentre en su cuello…

Ese beso tuvo otro tono en aquella tarde, mas lujurioso, producto de la tentación de nuestros cuerpos, sintiendo su piel tan fina, moviendo no se como mis manos tanto como los suyos, acariciando su espalda y confirmando la tenaz ausencia de su sujetador… entonces paso algo mas interesante: entre la combinación de mis besos en su cuello sentí algo mas de placer en ella, cerraba los ojos, acariciaba mi cabeza, presionaba su vientre al mío… cada vez la sentía mas y eso me excitaba mas entonces.

Luego de unos minutos abusando de su ser, ella se detuvo para mirarme con lujuria, notoriamente nerviosa por el momento, sin quitar su mirada dominante y fija, se giro y acomodo su cabello para invitarme en nuestro lenguaje mudo a besarla detrás de su cuello… y ella se estremeció de la acción:
- uhmmm…

Sentí con claridad, estaba ahogándose de deseo tanto como a mi, tomándola de su delgada cintura, acariciando su vientre y confirmando finalmente la ausencia de alguna tanga suya, para que así, en un de repente, ella se acercase tanto para sentir mi miembro que ya hacia presencia en la cita…

Fue curiosa la situación, fue sin pensarlo, pero quizás fue tan fuerte la sensación mutua que ella no dudo en acercarse con mas fuerza y literalmente poner sus nalgas sobre mi vientre. Que placer…
- uhmmmmm….

Su respiración cambiaba, nuestro abrigar era mas fuerte, yo besando como un despiadado su cuello, tan fino, mientras la miraba como disfrutaba del momento con los ojos cerrados, era algo nuestro e intenso. Y así, sin mas que esperar, siento sus manos bajar a tomar mi cintura, aun dándome la espalda, acariciándome y sintiéndome con deseo notoriamente… la situación se torno cada vez mas erótica, ya no había pudor sobre nosotros, yo aun temía tocar sus senos, pero ella presionaba mi cuerpo sobre sus nalgas sutilmente, pero en cada instante cada vez mas notorio, luego, siguiendo con su desmesurado placer, sentía deslizar muy suavemente mi short hacia mis pies, necesitando obviamente algo mas que sentir mi miembro, limitado por una pared de tela. Agradecía cuantiosamente su deseo.

Sin más, solo accedí a su pedido quedándome inmóvil, dejando que ella logre su cometido, pero repentinamente retenido por mi miembro que obstaculizaba su objetivo curiosamente. Cada vez que intentaba deslizar mas abajo mi prenda, mi miembro presionaba sus nalgas avisándole la situación. Sin más reparos ella se giro, nos miramos nuevamente y disfrutamos de otro buen beso mojado. Ya no existía limites ante eso, pero graciosamente sentí como sus manos se deslizaban sutilmente sobre mi pecho, me besaba el cuello con notoria lujuria, tomaba mi cintura y para entonces sus manos se atreviesen a deslizar mi short de aquella traba… ya no había obstáculos para ella, se acerco a besarme nuevamente, con mucha ansia y deseo mientras sus pies ya pisaban aquella tela que no hace mucho la llevaba puesta.

Mi miembro estaba en su dimensión. Ella lo notaba porque para entonces lo apretaba a su vientre, yo la abrazaba tan fuerte como sintiéndola mas, sin limites a nada, sin miedo aun, deseosa de placer tanto como yo. Entonces repentinamente paro de golpe y se alejo como unos dos metros… me sorprendí de aquella acción, creí que ya estaba arrepentida de la locura, quizás volvió en si y se estaba arrepintiendo de lo sucedido, quizás fue eso y yo imaginaba así, pero su mirada me decía lo contrario.

Estando a dos metros aun no cesaba de mirarme, tan dominante como al inicio, tan fijo como una leona, con un cuerpo tan imponente por su notoria desnudez, para entonces decidir algo que era lo que más deseaba… mientras me miraba, deslizaba sus manos por debajo del agua, tocándose lentamente sobre sí y llegando al extremo inferior de aquella única prenda que flotaba sobre su cuerpo en el agua, aquel impedimento que nos diferenciaba entonces, yo desnudo, frente a ella y sumergido al igual, expresando en mi mirada lo agradecido que me sentía en ese momento, para que después y sin mas esperar repentinamente tomara aquel extremo de su pijama con sus dos manos y observar lentamente su deslizamiento hacia la superficie, con el memorable fin de mostrar su mas completa desnudez, aquella que tanto había esperado, desde mi llegada, de las que imaginaba con lujuria mientras mi mano la reemplazaba en mis candentes sesiones orgásmicas, donde la imaginaba tomándola y disfrutándola, aquella desnudez que en solo segundos se mostraba, con sus dos hermosos senos medianamente sumergidas en el agua, ya hacían realidad frente a mi, allí se encontraba ahora, mi deseada Andrea, tan preciosa desde el inicio, por fin, completamente desnuda y frente a mí.

Así, tomando la prenda en sus manos, la dejo caer y sumergirse como un velo de ángel sobre el agua, mientras su mirada me preguntaba si estaba a gusto con lo que tenia en frente, como esperando una respuesta, aquella que no dude en responder acercándome lentamente hacia ella y besándola nuevamente, para seguir amándonos aquella tarde de las que nunca acabaran en mis pensamientos.

Mi cuerpo no dejaba de acariciar su tersa espalda, ahora tan desnuda y deseada por mucho tiempo, la tenia en mis manos, tocándola con dulzura, cantando sobre su piel, acariciando de a pocos y con abusiva lujuria. Era lo que mas había deseado y entonces estaba teniendo, ella abusando del placer mientras mis besos penetraban sus sentidos, apretándola hacia mí, sintiendo con tal imposición la ternura de sus dos senos, tocando con mi imaginación ese vello pubico que acariciaba mi vientre mientras andaba tocando su delgada cintura desnuda, todo desnuda y hermosa para mi.

Para entonces ya habíamos perdido la noción del tiempo, era obvio, nuestros besos atendían a nuestro propio período, aquel que volví a recordar luego que ella nuevamente se separase de mí sorprendiéndome nuevamente, para que retrocediera sutilmente unos pasos y nuevamente me mirase tan deseosa, a tono de lo que estábamos pasando entonces… Pero todavía las cosas se tornaron mas interesantes aun; ante su silencio misterioso su silueta de mujer desnuda sumergida en el agua me estaba convirtiendo en un lobo frente a su presa, tan excitado como nunca y deseoso de tenerla para mi, preparado para lo mejor seguramente, pero impresionadamente sorprendido por el repentino alejamiento de su cuerpo desnudo que indicaba se dirigía a las escaleras de la piscina, tan lentamente que me avisaba a prepararme para tener algo mejor aún…

Sin mas imaginar, ella comenzaba a subir las escaleras saliendo de la piscina repentinamente, tan lento y sensual, con aquellos movimientos que desde que los percibí la primera vez me mataban de admiración y lujuria, esta vez era mas fuerte aun, su delicada desnudez dándome la espalda era lo mejor para mi en ese momento… su bien esbelta espalda, su cabello que se deslizaba sobre el, tan mojadita y deliciosa, aquella piel tan fina y delicada, brillante por las caricias del agua sobre ella, esas nalgas tan bellas que eran deleite por primera vez de su desnudez por mi presencia, tan firmes como una chica propia de admirar y con unas piernas tan bellísimas que sentía estar en el paraíso de los ángeles. La visión que tenia era única, la mejor de todas, preciosa como siempre y de paso húmeda como lo deseaba, realmente impresionado de ella.

Entonces, ya estando fuera de la piscina, giro su rostro hacia mí, me miro fijamente y con su mano me ordeno a que la siguiera…. Esa orden que jamás te negarías estaba para mí…

Entonces atine a seguirla como bien lo deseaba, ya no importaba la impresión de nuestra primera vez viéndonos desnudos, el placer que nos estábamos dando sin tocarnos era tan intenso que no nos detuvimos a pensarlo ni nada de nada… ella caminaba lentamente moviendo sus dos hermosa nalgas, modelando para mi y demostrándome lo buenísima que estaba para cualquier ser humano. Su orgullo era notorio, pero no había mas que decir, tenia el pleno derecho de sentirse orgullosa de lo que tenia, yo mas que nunca podía afirmar que era bellísima, deliciosa y admirable sin duda.

Más rato ella entraba a la casa, yo siguiéndola aun, atento a su sorpresa, aquella que fue bruscamente desatendida debido a que se dirigía a las gradas…

Dios!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, estaba a punto de verla subir las gradas en su plena desnudez!!!... de disfrutar el movimiento de sus nalgas en cada peldaño, de su entrepierna que aun no descubría del todo, de sus movimientos, era la mejor visión que podía esperar entonces… para aquel momento ella se esmero en demostrarme lo increíble que se encontraba físicamente, no era necesario, mi sorpresa y admiración era de antes, solo la lujuria mas impura me estaba dominando ese momento, la deseaba como a nadie, el final de todo era nuestro deseo y era lo que importaba.

Ya en el último peldaño vi que se dirigía a su recamara, callada y misteriosa, yo atento y algo tímido pero deseoso, excitado por todos los ángulos, para que así ella, ya dentro de su aposento, girase sobre si para mirarme y decirme con un tono tan sublime como si misma:
- Deseo que sea aquí…

Fue suficiente. Ella acomodo a su precioso cuerpo a su lecho, tan bella y fina que fue entonces por primera vez que por fin pude verla en su máxima magnitud: echada en su cama, completamente desnuda, con sus brazos sobre la cabeza, mirandome con deseo, completamente húmeda e inmensamente deliciosa por todos los ángulos. Que bella se veía entonces.

Sin más reparos me eche sobre ella, la mire así y la bese con toda la lujuria contenida en mí… Ya no tuve reparo en nada, la tocaba frenéticamente mientras sentía su aliento agitado, la bese tan intensamente en los labios para luego concentrarme en su delicado cuello. Era de los mejores momentos, su cuello tan húmedo, invitándome a recorrer más de ella, deslizándome suavemente a su pecho, tocando sus delicados senos y en un abrir y cerrar de ojos tomar con fuerza a una con mis labios…
- ahhh….

Expresaba con dulzura, tenia mas para ella, aun era el comienzo de lo que será lo mejor para mi. Mis manos tocaban uno de sus senos, mientras la otra era sumergida en mis labios, apretándola tan dulcemente mientras por momentos la mordía con sensualidad sus pezones… intercambiaba con dulzura y con digno placer de un amante. Entonces, el llamado de su ombligo me inspiro a concentrarme unos segundos en el, sin dejar de acariciar aquellas bellas glándulas mamarias que tantas veces deseaba tomarlas, mi humedad abusaba de su contorneada esbeltez, tan delicada como siempre y fina como acostumbra. Pero al observar mas debajo logro percatarme de un escaso bello pubico, notoriamente virgen de algún arreglo, tan desafiante y tierno y tan escaso en su presencia. Aquella niña sentía mi placer, cada suspiro agitado suyo era la muestra de lo que sentía, mientras mi boca besaba con pasión su monte de Venus y mis manos atinaban a abrir ligeramente sus temblorosas piernas.

Sus muslos eran de lo mejor. Estando allá abajo las tome como mías, besándolas con fuerza, acariciándola con amor, sus piernas lo suficientemente abiertas como para sentirla cada vez mas, la tenia justo para mi, cuando de repente sentí la necesidad de parar y mirar su desnudez nuevamente…

Que hermosa se veía así… Completamente desnuda, iluminada por la luz que emanaba su ventana, con sus ojos cerrados para este mundo y con su cuerpo ansioso a ser poseído… la mejor visión que podía tener cualquier hombre en esta tierra, desnuda y con sus largas piernas levemente abiertas, ya estaba lista para mi…

Sin mas que decir, luego de observarla tan bella, atine a acercarme lentamente a sus labios vaginales, tan delicadas y húmedas mientras ella esperaba mi sorpresa, para así, sin mas preámbulos, mi acercamiento a su mas fina humedad se convirtió en la marca mas fuerte de aquella sesión, para que entonces lactara aquellos jugos tan intensos que esperaban en su interior de su vagina…

- Haaaaaaa….

Expresaba con lujuria. Sus gemidos andaban acentuándose notoriamente, la tenía fuerte, tomándola de sus nalgas, presionándola al deseo mientras ella se magreaba y se desesperaba del placer que estaba recibiendo.

- Haaaaaaa, haaaaaaa….

Repetía lujuriosamente, eran melodía para mis oídos, era la tonada mas fina creada por una dama, tan gentil en su canto, tan excitante por dentro, se estremecía y se torcía de placer, yo la estaba disfrutando, bebía de su humedad, disfrutaba de su néctar, estaba poseído de su entrepierna…

Para entonces, luego de unos largos minutos, ella despertó de su lujuria para mirarme nuevamente de su sueño y decirme con un tono sumiso:

- Ven aquí, te necesito…

Nada más. Sus ultimas palabras fueron el comienzo del placer mas profundo sentido por alguien, el orgasmo contado desde su desnudez hasta lo mas profundo de su ser, la estaba haciendo el amor como a nadie, estaba para mí y nadie mas, disfrutaba de sus gemidos que eran canción, composición, poesía para los míos, nuevamente lujuriosa…. La tomaba como quería, mientras ella se erguía en su sueño, sin necesidad de abrir los ojos, no lo necesitaba, el placer era lo mas necesario en ese momento, vuestros roces, vuestros vientres agitándose rítmicamente, sus gemidos de silbido, era la luz mas intensa de mis orgasmos aquella tarde de enero, de aquel domingo de éxtasis, de aquel dormitorio que estaba grabando el cortejo mas hermoso que el ser humano haya conocido en la vida, sus senos bailaban conmigo y no era necesario pedirle mas…

- haaaaa, haaaaa, haaaaaa…

Aquel canto que permitían observar la atención de sus senos oscilando por los golpes de mi vientre, eran más intensos cada vez. Sus labios humedecidos constantemente por su lengua, mientras sus brazos yacían recostados a la altura de su cabeza, sometida al deseo, tensa de placer, tan delgada y bella, mi visión se convirtió en lujuriosa…

- haaaaaaaaa , haaaaaaaaa, haaaaaaaaa…

Era su intensidad, cada vez mas acentuosa, melódica, imponente… friccionado por mi ser y disfrutado mutuamente, era la intensidad que ya nos llamaba a ventilar y expresar mutuamente nuestro orgasmo mas extenso y brutal de nuestra larga danza llamada lujuria…

- haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!....

…….

Silencio…

Nuevamente silencio…

Aquel día, ninguno despertó, el silencio fue nuestro cómplice nocturno, y así y sin más esperar nos quedásemos dormidos...



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