domingo, 27 de enero de 2008

El Pecado lleva su Nombre

Antonio era un chico agradable, tentadoramente tímido y bien parecido. Por razones personales y familiares tuvo que venir a mi casa, en una isla, a quedarse por algún tiempo. Luego, mientras mis padres y los suyos tuvieron que viajar sin motivo aparente, la historia fue tomando forma, con muchas travesuras que me son permitidas por su timidez y con mucha ansia de querer observar sus reacciones que me parecían limitadas por su forma de ser. Eh allí donde nace toda las historia, simulando ciertas cosas y seduciendo mientras me entraba en gana. Al final conseguí su relato de nuestras experiencias y bajo su punto de vista de lo sucedido. Espero lo disfruten.



El Pecado lleva su Nombre

Su desnudez siempre entro en mis fantasías como un hermoso icono sexual para mí. Entre tantas chicas que observaba, cuantiosas tentaciones que me era posible encontrar en aquella calurosa ciudad, llena de playas y de un buen sol, su presencia inspiraba la más solemne admiración de una verdadera belleza. Recuerdo una de aquellas tardes, gozamos de una soledad que ciertamente no suele ser continua y obviamente me generaban situaciones y sensaciones extrañas. Todo el mundo había salido y todo hacia suponer que sus padres y los míos volverían en dos semanas y seguramente mas todavía. Para entonces suspiraba en mi tranquilidad sin imaginar que seria el comienzo de uno de mis mejores recuerdos.

Andrea, una chica finísima, de piel blanca, ligera y tentadoramente bronceada, de larguisimas piernas y de cuerpo que definitivamente andaban escaseados al natural, con dos hermosas protuberancias mamarias, tan firmes e imponentes de ser de medida perfecta y finalmente un adorable culo bien paradito y formado, como toda una modelito de pasarela, digna representación de una mujer venezolana y quien sabia muy bien de sus ventajas. Y para terminar la ventaja de mi posición, mi familia aprovecho las vacaciones para visitar a un amigo de la familia a su casa, la de la hermosa Andrea, donde la confianza y el cariño eran por muchas ocasiones mal interpretada por mis hormonas masculinas.

Ya en varios días anteriores había tenido ciertos encuentros bochornosos al toparme con ella, siempre cuando se le daba por vestirse con suma ligereza y sensualidad. Yo en esas ocasiones no podía evitar mi vergüenza, intentaba aparentar no tenerlo pero era más que evidente mi nerviosismo ante su sensual manera de vestir. Era obvio que el clima nos obligaba a todos a andar mas que ligeros, pero sin duda alguna ella inspiraba a cualquiera cada día con su vestimenta. A veces le daba la gana de salir con unos jeans algo sueltos en las piernas pero tan apretaditos entre sus caderas, acompañado con sus ya acostumbrados politos cortos; otras veces me dejaba embobado con sus minifaldas de infarto que obviamente descubrían la estremecedora ruta del libido, todo un “sufrimiento” de verano. Pero al transcurrir de los días y de las tentaciones que pasaban, entendí oportunamente que era eso que le inquietaba a ella, provocarme cada vez que nos cruzábamos. Siempre se me acercaba, con cierta mirada diabólica y perversa, me sonreía en el camino para después hacer algún movimiento que se prestara a darme tiempo para observar lo que entonces lo tenia muy notoriamente desnudo, como sus espectaculares escotes y quizás sus hermosísimas piernas. Para el colmo de una gran tortura, cada vez que conversábamos sentados – y que por cierto no eran muchas veces – ella solía colocarse frente a mí para apoyar a propósito sus codos sobre sus rodillas y mirarme con cierta suspicacia. Claro esta que, una vez más, de acuerdo a su estrategia seductora, muchas veces ella repentinamente aparentaba andar observando su contorno y volteaba el rostro de un lado a otro para así invitarme –obviamente- a ver su aniquilador escote. Así mismo cuando usaba sus minifaldas jeans se colocaba frente a mí, sin cruzar las piernas y con su misma acción de escuchar un ruido giraba la cabeza y sin más reparos abría sutilmente las piernas para así dejarse ver sus espectaculares tanguitas que llevaba. Todas esas situaciones me lograban hackear muchas veces, dejándome casi mudo, nervioso y perturbado al observarla.

Claro esta entender que alguna vez me toparía con ella en algo más aún vergonzoso para mí, era solo cuestión de tiempo.

Un día de nuestros domingos ya solitarios yo llegaba de hacer un trabajo de amanecida, con tremendo sueño y mientras entraba me era necesario dejar de hacer ruido al subir a mi habitación, ya que literalmente mi cuarto se encontraba al lado del suyo y no quería despertarla. Sorpresivamente al pasar por su cuarto me doy con la sorpresa que, con la puerta escasamente abierta, notaba una luz algo opaca que salía de su dormitorio, algo escasa y móvil, era su televisor que tan tardísimo andaba prendido e imagine que entonces ella aun no dormía, quizás que andaba viendo alguna película o algo así, y mientras me acercaba lentamente a pasar por allí, decidí reducir aun mas mi velocidad para poder observar lo poco que seguramente podría ver ante la escasa línea abierta de su puerta. Sin duda me encontraba nervioso a hacer notar mis ganas de espiarla, evite ser notorio y pasar con naturalidad, pero no pude hacerlo, pase con demasiada ligereza para poder observar bien la rendija y así fue.

Ya estando allí me percate que su televisor andaba prendido con un bajísimo volumen, chispeando, obviamente sin nada que mirar y sobre entender con las suficientes pistas que ya hacia dormida. Entonces mi corazón comenzó a palpitar mas, deseaba aprovechar la oportunidad de abrir un poco mas su puerta y observarla y sin pensarlo dos veces hice lo pensado, me pegue a la puerta y mientras lentamente la abría lograba observar, algo dificultoso por la poca luz, como unas piernas desnudas yacían echadas en su camita. Por cada milímetro de su puerta abierta lograba subir poco a poco a su cuerpo y mirarla mas y mas, tan sensual y tan corta ella entonces, pero tan corta se torno la situación que allí y al instante logre verla por fin, toda ella con una pequeña camiseta blanca y quizás tan hermosa que en realidad eran realzadas por ella. Al verla así, echadita, tan hermosa y dormida me entro una excitación tan latente que acentuaba cada vez más mis latidos. Se la veía tan inocente con ese ambiente y tan tentadora con esa camiseta, a la vez que mis sensaciones iban sin frenos y en aumento. Al verla allí me sentí sexualmente obligado a cercarme alguito mas, lo suficiente como para observarla mas de cerquita y sentir el olor de su piel, de sus muslos, no se, lo que sentía entonces era tan impreciso de definir y de especificar entre mis acciones.

Al instante, casi apunto de tocarla, mi nariz se acercaba con tal sutileza a sus muslos, tanto como apunto de explotar de nerviosismo, sintiéndola y observándola lo hermosa que se veía, con tantas ganas de poder tocarla y poder cogermela de una vez, o quizás comenzar a besarla y comermela así.

Lo que le daba un valor más grande al momento era el detalle del camisón: tan frágil, delgado, con algunos botones abiertos y con algunos orificios algo vagos que ya se hacían imposible poder disfrutarlos debido a la ya mencionada escasa luz. No supe que hacer entonces, andaba excitadísimo y apunto de cometer algo que sin duda alguna disfrutaría en el momento, intensa y perturbadoramente, pero que además seguro me generaría inmensos problemas en la mañana. Me encontraba atado a la situación, nervioso y creativo a desnudarla en mi mente, frente a un cuerpo que con ese camisón mostraba más que espectacular.

Lastimosamente luego de casi una hora espiándola de cerca tuve que salir de alli, dejando las cosas como estaban, con el televisor prendido y mis sentidos atrofiados, con claros símbolos de impotencia y tremenda excitación por todo lo que había sentido y por lo que andaba ansioso a sentir y a sentirla. Tuve que ir a la cama a masturbarme frenéticamente para desvanecer en algo lo que no pude hacerlo con ella, impactado, marcado por algo que tornaría ser parte del recuerdo mas espectacular y atrevido de mis días en esa casa.


Así, mis días perturbadores andaban acumulándose, tan intensos por momentos, tan asfixiantes por ratos, tan inexplicables y perturbadores, era lo que me andaba tocando y no sabia porque.

Un día, mientras estaba en mi cuarto anotando unos datos, escuche el sonido de alguien duchándose; era obvio, estábamos en nuestro tercer día solos en casa y esas aguas se deslizaban en su cuerpo desnudo seguramente. Entonces, ante el perturbador sonido del agua al caer e imaginando la situación en la que se encontraba, decidí acercarme sin hacer ruido nuevamente a su recamara. Para mi lujuriosa suerte su cuarto estaba abierto, suficientes motivos para seguir con otra de mis travesuras, entonces fui sigilosamente sin zapatos, preparado hasta para correr si es necesario, mientras que por cada paso transcurrido mis latidos nuevamente se combinaban con excitación. Ya en su cuarto pude percatarme que encima de su cama estaban tres prendas: una faldita de tela, un polito escotado y una tanga; me era suficiente para imaginar como la vería ese día, tan llena de sensualidad, moviendo su cuerpito y dándole un ritmo asfixiante a su faldita mientras caminara, era obvio y cada vez que la veía con faldita me tenia acostumbrado a su sensualidad. Entonces, viendo la situación y escuchando mas claramente la caída del agua, se me vino a la mente esconderme en algún lado de su amplio cuarto mientras observara como se cambiaba la muy susodicha mujer, pero queriendo llegar mas lejos entre mas a su cuarto para ver si su baño tenia alguna cerradura con orificio, que lastimosamente no era así, pero que sin imaginarme afortunadamente estaba abierta!!!

Que mas podría pedir, con razón me era claro el sonido del agua caer y que aun hacia ruido que por ratos era cortada o disminuida mientras ella seguramente empapaba su cuerpo completamente desnudo. Sin mas y teniendo mas cuidado aún decidí acercarme. En realidad estaba lo suficientemente abierto para creerlo y para mi mas preciada fantasía la ducha se encontraba literalmente frente a la puerta, con los vidrios traslucidos (desgraciadamente no transparentes), pero sin ser nada despreciables, viendo que, para mi entusiasmada sorpresa y asombro, rodeaban a aquel cuerpo notoria y completamente desnudo, dejando entrever una hermosísima silueta femenina con unas curvas de infarto.

No lo podía creer.

La imagen que observaba entonces era de película: la luz del día entraba por una ventana con las mismas características opacadas, alumbrando una imagen de portada de una ducha donde el cuerpo mas deseado en mis fantasías, y seguramente de muchísimas mas, estaba completamente desnudo, remarcando con tal claridad cada curva y casi textura, tanta finura y deleite, tanta belleza que cualquier ser humano hubiera querido admirar. Para entonces mis nervios andaban a mil, mis hormonas querían explotar y mis rodillas ya casi temblaban del momento, cada segundo observando a Andrea, desnuda, dejándose escuchar por el tarareo de alguna canción que transitaba en su mente, mientras que en la mía generaban lujurias que llevaban su nombre. Entonces, en ese momento, ante la excitación altruista y la admiración corporal femenina, jure escribir esta historia, que mostrara la más inocente manera de seducción del sexo femenino, a quien sin lugar a duda el pecado llevara su nombre.

Cuando volví en mi, ella cerraba el grifo de la ducha, seguramente alistándose a salir, algo que me perturbaba mas aun pero que en realidad me ponía mas nervioso. Era obvio que tenia que abandonar su cuarto lo mas rápido posible, sin hacer ruido ni con mis medias, sin mover nada aunque lastimosamente no logre verla así, desnudita y húmeda, recién bañadita y perfumada, no lograría ni debía verla entonces.

Sin pensarlo mas y al ver que uno de sus brazos sacaba de la ducha para jalar su toallita, salí volando de allí, corriendo a mi cuarto, para así una vez mas tocar mis sentidos y disminuir la inmensa tentación que había dejado de correr por la reciente situación que remordía mi conciencia, pero que agradecía cuantiosamente mi excitación.



Un día, al llegar a casa, necesariamente estaba obligado a pasar por la piscina, de esas que suele ser tan elegante en una casa de buena posición y rodeada de tanto gras, pero que entonces fue sensualmente minimizada por algo que sin duda era meritorio. Ella se encontraba “dormida” sobre una silla inclinada y con un torturador bikini negro que realmente escaseaba en tela. Su tanga, tanto como su sujetador, gozaban para mis ojos de una tan preciada insignificancia que me provoco sin ser esperado una erección de aquellas, tan pasmada la visión como para provocar tanto deleite, y mientras tanto y sin pensarlo dos veces atine a hacerme al loco y subir lo mas rápido para buscar la manera de espiarla desde el segundo piso. Entonces ya estando arriba y con una cortina algo traslucida que seria mi cómplice, me acomode con gran excitación a mirarla desde no tan lejos. La mente suele jugar tan sucio y admirable en ese tipo de situaciones, es por eso que mi ansia finalmente pudo más y me atreví a ir a su cuarto, ya que esta habitación era la que mas cerca se encontraba de la piscina. Mis ansias de ver mas y poder mirar aquellas nalgas que escondidas bajo alguna delgada falda o algún apretado jean, eran tan fuertes a todo que jale una silla pequeña y con semejante cortina cómplice me acomode a mirarla.

Con todo eso y sin darme cuenta había borrado de mi mente el hecho de echarme a dormir por unas cuantas horas que ciertamente las necesitaba, pero creo que sin lugar a dudas ese complemento haría más placentero mi siesta. Me acorde entonces de aquella minifalda que solía usar en la casa y que varias veces me dio un gran suspiro mirar en su entrepierna por simples “casualidades” provocadas por ella al subir las gradas. La tentación provocada por recientes recuerdos cada vez que la observaba le daba un matiz más erótico a la situación entonces.

Mis ojos nuevamente volvieron en mí para enfocar su increíble cuerpo y fue entonces que pude entender que ciertamente no estaba dormida, ya que miraba la ventana de mi cuarto en pequeños instantes y que mi ausencia las hizo observar descaradamente para ver si me encontraba allí. Eso provoco en ella levantarse de su lecho para así ensayar una estirada corporal sin bostezo para luego sentirse quizás decepcionada de su actuación de dormida y provocadora. Mientras, mis ojos la seguían más que un lente telescopico e intentando mantener un silencio, que lastimosamente se vio interrumpido cuando por mi boberia de apoyarme sobre su cama dejo caer su celular. Ella entonces entendió que no necesariamente la estaría observando de mi cuarto porque su cuarto seria una mejor opción, entonces hizo un ligero movimiento entendiendo la posición de su observador sin tener que asegurarse de mirar hacia donde estaba. Note entonces una ligera sonrisa triunfadora que la llevaría a darme su mejor actuación exhibicionista para el deleite de mis ojos. Entonces ella prosiguió. En su primer tramo saco un cigarrillo de forma alargada (creo esos mentolados) para así aumentar el grado de su sensualismo. En la segunda escena observo que con una increíble sensualidad ella se acomoda a echarse dándome la espalda para así no perder la vista de cómo se soltaba el sujetador. Fueron unos segundos tan intensos para mí como para ella seguramente. Entonces, sin analizar su siguiente acción ella comenzó a recostarse boca arriba con gran delicadeza y sensualidad, para así regalarme una de las mejores vistas que siempre agradeceré en mi vida. Sus rosados pezones erectos me confirmaron la excitación que sentía al darme tal escena, algo que se me hacia difícil entender pero que obviamente agradecía por su gentileza. Aquellos hermosos senos eran desafiantes a la cruel gravedad y combinado con su excitante ombligo y angelical rostro, provocaban en mí agitados espasmos que a mi edad ya me preocupaban.

Luego ella, con suspicacia dignamente agradecida, tomo una crema que posteriormente confirme que era un bronceador. Sin levantarse de su comodidad, se hecho en el ombligo una cierta cantidad para que con exagerada provocación se untara en su delicioso ombliguito, tanto como en sus hermosisimos senos. Mi mente y mi excitación no podían aguantar mas tanta tortura. El hecho de imaginar que sus manos eran las mías y tocar con determinada suavidad sus senos y apretar sutilmente sus pezones me estaba convirtiendo ya en un animal sin ley. Deseaba intensamente bajar allá para tocarla y hacerle el amor lujuriosamente, no se que mas, pero sin duda aquella escena me estaba poniendo mas que loco.

Creo veinte minutos más y esa gran sesión era oportunamente concluida por su gracia.

Entonces recién allí, en mi estado nada calmado, me percate que ella tomaba algo de una botella. Eran varias las veces que tomaba de a pocos sin calcular que podría estar ebria. Eso lo confirme mas aun cuando ella se preparaba a servirse lo poco que quedaba de esa botella ¿de ron?, sí, si no era agua en botella de ron entonces era un ron. Vaya espectáculo!. Más así logre entender todo. Ella estaba ebria!.

Quizás todo eso le haya provocado darme tales escenas que yo con gran ahínco agradecía y que imaginaba que estaba preparándose para darme mas aún.
Fuera de todo no podía detener el hecho de tocarme mientras ella seguía regalándome todo, pero mas complicado era retener mi ansia de poseerla donde sea. Mi mente para entonces ya estaba en todos los rincones con ella como actora principal. Ya la había desnudado y besado completamente porque mi imaginación era mas realista al verla y observarla con tan solo una diminuta tanga y nada mas. Sus hermosos senos, siempre tan firmes, eran mi deleite y el plato preferido de mis ojos; que gran excitación tenía.
Ya volviendo en mí, me ella se arreglaba su forzosamente rizado cabello, ligeramente sentada, pero aun mostrándome lo que deseaba. Sentí algo de calma en su personalidad tanto que me hacia suponer que debía prepararme a correr a mi cuarto una vez que ella se levantara a ir al suyo, pero no fue así. Sin darme tiempo a nada ella se dio un chapuzón a la piscina.

Por ratos sentí algo de miedo ya que su estado no era el adecuado para meterse al agua.

Por un momento casi salgo volando a la piscina para evitar alguna tragedia, pero por suerte cambio tan radicalmente todo cuando ella, en su eventual recuperada de aquella zambullida, me prolongo la tarde morbosa al ver como sus hermosos senos se sacudían de su salto al salir del fondo. No lo podía creer, era todo mas intenso aun, ya que, mientras sus senos oscilaban en aquel ínfimo momento, su cuerpo estaba siendo morbosamente acariciado por el agua. Era como si la observase desnuda en pleno duchazo y eso me excitaba más. Al rato ella salto con mas fuerza y jugaba solitaria como tarareando su victoria. Su hermosa sonrisa dibujada me daba el retoque final de ese gran día, pero para entonces la sorpresa se torno más agresiva y deliciosa los minutos siguientes…

Ella, en medio de la piscina, se detuvo del exalto para voltear con gran sutileza hacia mi. Ese preciso instante pude ver lo hermosa que se veía con medio cuerpo enterrado en las aguas que la sentían. Por ratos aparentaba ser una chica completamente desnuda ya que el agua le llegaba a la misma altura que sus más sensuales pantalones a la cadera suelen llegarle. Pero no fue solo así, en su tramo corto de giro hacia mi me percate que estaba mirando fijamente a su ventana, donde yo me encontraba espiándola, me asuste pensando en lo peor pero no me moví, me quede quieto tanto como ella por unos segundos de su perversa mirada que comenzaba a sobreexcitarme nuevamente. Entonces vi en su rostro la mas ansiosa excitación de placer que se hacia notorio y que no había visto nunca en ella. Me asustaba nuevamente, pero no tuvo que pasar mucho para que, sin más retos, se tocara la cintura, muy sensual y perversamente, para que una de sus manos encontrara a un lado de su tanga amarrada y así comience a aflojar el nudo con su más fina sensualidad que hace ratos me mataba. Aquella gracia de soltarse un lado de la tanga se convirtió en una angosta melodía que rogaba finalizase a la par con mi orgasmo. Y fue así. Aquellos segundos fueron increíbles para mi, que no la detuvo al encontrar su otro extremo y jalarla hasta que finalmente levantara su diminuta tanga negra que ya hacia en lo mas alto que podía señalármela. Su sonrisa, tan lujuriosa mostró un ligero brillo maquiavélico, para que así, sin mas pensar, tirase la prenda a dos metros del borde de la piscina obligándola a salir desnuda.

Ella, sonrió, giro media vuelta suavemente dándome la espalda y sin esperármelo dio un salto para inclinarse a zambullirse unos segundos y mostrándome tan ansiosamente ese par de hermosas nalgas desnudas y húmedas.

Solo necesitaba aplaudirla y amarla por todo ese gran espectáculo que me hizo perder toda noción de irme a dar una siesta, era todo lo que podría soñar y que entonces estaba viviendo. Toda esa magia me estaba dando ella, sin pensar ni medir en lo que me provocaba. Mientras, ella se recompuso con otro gran salto aun a espaldas de mi vision, para que nuevamente se volteara como preguntándome al oído si me había complacido todo. Una hermosa sonrisa cómplice, sin ya aparentar pero que aun me impedía presentarme como su publico.
Luego, comenzó a caminar hacia mí, a seis metros del borde de la piscina, tan hermosa y complementada con una bella tarde. Su gran ligereza me estaba matando y cuando logro llegar al borde me preparaba para lo mejor. Su complicidad nuevamente hizo que mirase su ventana como diciéndome que me prepare para lo que viene. Ella, apoyándose del borde se levanta como deseando subir, pero que luego termina echándose boca abajo sobre la losa que tenia el gusto de tocarla. Su cuerpo completamente desnudo y sus nalgas que eran mi centro de atención se arrastraban hacia su diminuta prenda, tirada allí. Entonces una vez alcanzada no dudo en colocar su ansiado cuerpo boca arriba.

No lo podía creer.

Era hermosa toda la escena de su mas preciada desnudez completa, que estaba a mi nombre y que me mantuvo un buen rato con la boca abierta; tan deseados momentos de mis mas lujuriosas imaginaciones de su ser estaban ya frente a mi, iluminada por el ansioso sol de demostrar lo mas puro de la belleza femenina y lo mas terso que haya podido tener frente a mi; pero que aun no finalizaba. Antes de comenzar a tapar sus soñadas partes se dio un magreo tan sensual y erótico que yo ya explotaba en mi propio orgasmo. No lo podía creer, una dama tan hermosa desnuda casi frente a mí, actuando y quizás pidiendo que la tome y recorra toda. Su hermoso pubis muy bien afeitado como de una niña y digna de sus diesiciete años era el retoque final que completaba aquel día que nunca termino para mi. Se paro aun desnuda, se seco con su propia mano, tocándose toda y con más ahínco a sus senos, y tomo una toalla exquisitamente corta para solo secarse el rostro.

Expreso con gran placer, que el pecado lleva su nombre, y aquella maligna tentación era parte del cuerpo femenino mas deseado en mi vida. El hecho de verla en ropa de baño nada mas era más que suficiente. Aquel regalo que sin imaginar tendría aquel día, me había generado tan aguda excitación que había perdido la vergüenza de masturbarme encima de su deseoso lecho. Sabia que se convertiría la primera persona a quien le diría con tan sinceridad que te amo.


Tuve que quitarme el polo para limpiar todo lo que había ensuciado mi congeniado orgasmo masculino; no importo que fuera el polo que mas me gustaba, solo debía de borrar toda evidencia de mi gran excitación por su culpa.

Luego de unos minutos, algo recuperado de todo ese gran espectáculo, mire con ligera falta de importancia al escenario y vi que ella llevaba puesta, con gran sufrimiento de aquella corta prenda, su toalla blanca. Aun llevaba en la mano su bikini y por lo visto se acercaba a la entrada de la casa y eso me decía que era hora de correr a esconderme como un crío.

Como mi cuarto se encontraba a unos metros del suyo no se me hizo dificultoso llegar, pero aproveche para verla desde el balcón de la escalera si realmente venia o no, pues naturalmente no tarde mucho en percatarme que si venia, mas aun, observar que venia algo aturdida y hermosa, buscando ligeramente alguna pared o algún apoyo para aparentar estar muy sana y con sus cabales. Pensé que cerraría todo mi día con esa última mirada de ella, tan tierna con su cabellito mojado, sus hermosa y largas piernas cubiertas tan ligeramente con una diminuta toalla que parecía una ínfima faltida provocadora y de gran escote. Vaya morbo para mí. En realidad no tarde mucho para volver a erectarme por mi nueva perspectiva, la cual estaba obligado a ser mas cuidadoso y que por lo mismo me escondí a mi cuarto tirándome boca abajo y aparentar que me encontraba dormido. Al tirarme allí, me acomode lo mejor que pude y escondiendo mi gran erección y cerré los ojos esperando se meta pronto a su cuarto y mientras, buscar la manera de aun seguir espiándola.

Sentí con mucha ligereza como el sonido que generaban sus pequeñas sandalias se comenzaba a desvanecer, pero que repentinamente comenzaron nuevamente a acentuarse, con tal ahínco que logre entender que había entrado a mi cuarto. Mi mente comenzó a propiciar aquel escenario: ella, obviamente con algunos grados de alcohol demás en su cabeza, y en tan solo un metro cerca de mi, observándome si me encontraba despierto o solo siguiendo la corriente de este ansioso cortejo. Sentí un silencio tan prolongado, que me hacia suponer que era minuciosa observándome e intentando confirmar mi aparente estado. Mi polo se encontraba en el piso, y llevaba un ligero short nada más. Mi mente y mi oído armaban tal escenario que me hizo entender que ella se acercaba sigilosamente hacia mí. Solo unos segundo mas y sentí que alguien respiraba detrás de mi nuca, cerca al oído, muy cerca y dubitativa. No sabia que hacer, creo que entonces ya me sentía muy nervioso y acorralado de su acercamiento. Su aliento ya lo sentía, me excitaba todo eso, sin poder mirar pero ser el centro de atención de aquella hermosa chica que se encontraba con tan solo una toalla y algo ebria cerca me estaba matando de nerviosismo. No lo podía entender ni tampoco creer entonces.

Luego de unos segundos la sentí ya convencida, creo, de que me encontraba dormido. Luego sus torpes sandalias me avisaban que se dirigía a su cuarto con suavidad, vaya alivio que solo duro unos instantes para mí, porque justo cuando me alistaba a levantarme de mi cama me percate que se acercaba nuevamente a mi cuarto. Me asuste un poco y nuevamente me eche a mi cama y cerré, estratégicamente, mis ojos y encargándome que un delgado hilo de mi vista me dejara ver aún sea su hermosa silueta. Y lo conseguí: no se daría cuenta del detalle, pero lograba ver ligeramente, como una cerradura, algo de mi frente, la puerta y demás que se encontraba cerca. Todo fue tan rápido que puedo jurar que cuando la vi entrar tan desafiante aun con su toalla, mi rostro tenia otra matiz sorprendida. Tan fina fue mi visión de ese par de hermosas piernas desnudas con aquella diminuta toalla que me regalaba una sugerente vista inferior, pero escapándose de mis cálculos nunca imagine que ella se sentaría a la altura de mi cintura para nuevamente observarme y sentir sus frías y algo húmedas manos acariciando mi espalda. Ese cambio me puso mas aun alerta, excitado y muy nervioso.

Luego sentí que su mano se acercaba con mucha dulzura a mi rostro para acariciarme con mucha suavidad, alto torpe por su obvio estado. Aquel instante era muy desafiante para mí y lógicamente ponía a prueba mi capacidad para actuar y aparentar mi dormilona acción. Imagino que el tiempo que demoraba para hacer ciertas acciones suyas me hacía suponer que también sentía el mismo hormigueo, miedo y excitación en el ombligo que yo sentía hace más de dos horas. Sentí con mucha dulzura que su rostro se acercaba a mi oído y entre un tímido y recortado respiro atino a expresarme un ligero Antonio…

Por lo visto intentaba estar segura que me encontraba dormido y sin mas reparo repitió con un poco mas de fuerza mi nombre al oído. Quizás la tercera vez fue algo mas dulce y claro el escuchar mi nombre, pero que a pesar de todo no tenia en mente provocar mi perversa “casualidad” de despertarme. Mis ojos no se movieron, pero sentí que de ella si. Sin reparo de lo que pase ella rodeo su brazo en mi hombro con suma delicadeza. Sentí que con dulzura su otra mano acariciaba mi rostro para que unos instantes después la otra mano bajara hasta mi cintura con suavidad. Su cuerpo cada vez estaba mas cerca al mío que me hizo sentir la humedad de su diminuta toalla. Estaba excitado y no lo podía creer nuevamente. Ese cuerpo que era aquel que me llenaba de ansia poseer, estaba sobre mi lecho sintiendo el carnal deseo que hace mucho yo sentía por ella. Era todo una gran escena para mí. Ella, por lo visto disfrutaba acariciando mi espalda pero aplaudía mas aun el hecho de sentirla entonces que subía sus piernas, o quizás una de ellas, sobre mi cama para echarse junto a mi. Lo sentí mas aun cuando su mano izquierda se encontraba sobre mi hombro y su pierna izquierda rozaba a la mía. Cada segundo era mágico entonces, mi cuerpo semidesnudo, cerca al suyo que literalmente solo estaba cubierto y húmedo.

Solo unos instantes de caricia sobre mí, me hizo sentir sus senos ligeramente presionados sobre mi espalda. Ya me estaba volviendo loco nuevamente. Entonces, mientras mi mente jugaba con mi excitación, sentí nuevamente su aliento sobre mi rostro para sentir con mucha sutileza un beso de película sobre mi mejilla, un instante más sobre mi oído, para que en un cerrar de ojos me besara con más perversión mi hombro. No lo podía creer. Era más que evidente que me deseaba, pero el escenario me obligo a no “despertar” repentinamente entonces. Sus ínfimos periodos de silencio entre cada beso fue repentinamente interrumpido por otro largo que me hizo entender que estaba tramando algo. Por un instante creí que se iría, pero luego de unos segundo pude darme cuenta que, todo ese ligero ruido que las sabanas expresaban eran porque ella se estaba quitando la toalla!.

Diosssssssssssssssssssssssss!!!!!!!!......

Pude percatarme porque cuando volvió a abrazarme, sus pezones muy duros delante de sus senos estaban dándome una estocada a la espalda que me estaba matando. Ella se encontraba completamente desnuda sobre mí, aun besándome con miedo mi espalda y mis hombros, ya todo era muy excitante. Sentía como ella me acariciaba con sus labios, dándose el lujo de apoyarse sobre mí. Su cuerpo desnudo ya había topado mi cuerpo y mi mente no podía más y realmente ya la deseaba provocar un orgasmo infinito…

Entonces, tenia que buscar la manera de tenerla en ese momento, girar y abrazarla, tocarla y besarla, hacerle el amor, disfrutarla y darme el placer de sentir su completa y mas anhelada desnudez… luego decidí algo: entre tanta lujuria femenina de su desnudez y excitación, decidí “aparentar” mi despertar, moviendo ligeramente mis manos, pero ella, sin darme tiempo a nada, se detuvo bruscamente como evitando a que yo me enterase de su desnuda presencia. Lo entendí con ligereza y vergüenza de su silencio, para que luego de unos instantes solo se convirtiese en un pequeño disgusto de mi parte.
Sentí claramente su miedo. Pude percatarme que eso le había asustado y que no imaginaba como debía reaccionar cuando “posiblemente” eso suceda.

Intentando no hacer mucho ruido se levanto muy lentamente, se agacho para tomar su toalla tirada (el cual si podía observar con mi delgada visión) y sin darse tiempo para colocárselo retrocedió hasta el filo de la puerta de mi cuarto para luego correr al suyo.
La última escena recogiendo su toalla y retrocediendo me excito tanto, ya que al final fue lo único que si logre ver con ligereza, pero eso no lograba contrarrestar el gran momento que acababa de perder.

Quizás intentando disolver lo sucedido espere casi como veinte minutos tirado en mi cama, buscando asegurarme que entienda que “si me encontraba dormido”, además que alrededor de mi habitación sentía un acentuado odio hacia mi por no haber creado el ambiente adecuado para ver que pasara entonces. Mientras tanto, los escasos ruidos que provenían de su habitación ya dejaban de expresar sus movimientos, quizás solo los ligeros me eran imperceptibles, quizás… pero cinco minutos mas y decidí despertar de mi profundo sueño mentiroso y excitado, deseaba con lujuria saber que estaba haciendo o que había dejado de hacer mi hermosa Andrea.

A los segundos comencé a armar un show lleno de mentiras piadosas ante mi remordimiento de esa aventura concedida. Me levante, me estire con un estruendoso bostezo parco y camine ligeramente a la puerta de mi habitación, mire alrededor como estirando mis brazos y me dirigí al baño que se encuentra literalmente entre vuestros cuartos. Sin duda estaba algo nervioso, pensando en como aparentar ante su mirada que había tenido una esplendida siesta y que no había sido participe de un espectacular espío vespertino, ni menos haber disfrutado de su espectacular figura de mujer de diecisiete años, no sabia como sonreírla luego de haber abusado de mi adicción a su desnudez. Abrí el grifo entonces para lavar mis manos y mi rostro, esperando hacer notar mi presencia a aquella damita del hermoso vientre, me pareció ya haber expresado lo suficiente y necesario, me sentí mas tranquilo como para salir, respirar y llamarla suavemente como preguntándome ¿en donde estaba?... algo que es seguro ella respondería con otra mentira que nos convirtiera en cómplices de tal travesura, como espectador y espiada:

Andrea?

Dije al salir del baño esperando me responda, pero sin respuesta alguna.

Andreaaaaaaaaaaa?

Nuevamente repetí, pero algo mas acentuado imaginando que la primera vez no me haya oído. De pronto, me di cuenta que no recibía respuesta alguna, posiblemente haya salido sin darme cuenta o quien sabe?, entonces decidí ir a su cuarto y confirmar su partida, pero al momento y luego de verla durmiendo en su cama recordé que se había embriagado en pleno espectáculo. Esta vez llevaba un polito “largo” y su tanguita negra, obviamente confirmado debido al grado de transparencia que tenia su polito y que acentuaba el color negro de tu tanga, como también de su piel sin sujetador. Esa última escena me genero amor sobre ella… Era mejor dejarla allí, irme a descansar y cerrar el sueño que tuve con una de fantasía y recuperarme de todo lo que había pasado aquel inolvidable día.

El Recuerdo de mi Andrea

Miguel fue uno de los primeros chicos a quien quise mucho. Lindo, tranquilo, sencillo y que a mi corta edad se habia convertido en tan necesario par mí. A veces suele pasar así. Ahora vive en Japon, no se que haciendo, pero lo mejor de todo es que dejó esta historia nuestra que es lo mejor que tengo de su recuerdo. Disfrútenla.
El Recuerdo de mi Andrea

A veces las cosas no salen como uno lo cree haber planeado. Solo en un ínfimo instante creí que las cosas serian como pasaron, mientras que la mayoría de mis pensamientos solo circulaban por tendencias de diversión por unas cortas vacaciones.
Fue a inicios de enero de este año que ocurrió todo. Yo viajaba al caribe para tomar unas vacaciones por un par de meses y medio. Mi padre tenía un conocido en alguna parte de la isla. Tenía un amigo que vivía allí hace mucho tiempo y como eran muy buenos amigos este se ofreció a hospedarnos en su casa por todo el tiempo a un costo muy bajo (que importaba eso). Este tipo tenia una esposa realmente linda; ella era venezolana, una chica de 1.72 y unas medidas que, a pesar de sus 37 años por lo menos (su esposo tiene 40 eso si lo se) mantiene sus hermosas curvas corporales en perfectas condiciones. Inclusive me acuerdo que cuando la vi por primera vez a la señora llevaba una falda blanca entera con líneas negras tipo cebra que encajaban increíblemente en su cuerpo y además llevaba un escote realmente como para el infarto (fácil que tiene sus 95-61-95).
Bueno, a nuestra llegada al aeropuerto mi padre detuvo un taxi para entonces llevarnos a la casa del tío este. Ya lo conocía porque ya mi padre se quedo alguna vez en su casa. Era como las 8 de la mañana cuando llegamos allí, una enorme y linda casa de dos hectáreas, con un gran jardín y en medio una piscina que te hacia suponer y creer que estaba soñando con el paraíso. Entonces fue cuando al sonido de la puerta salio Juan (el suertudo tío), lo abrazo muy entusiasmado a mi padre y a mi madre, y luego a mí. A mis 16 años no tenia interés en escuchar sus pláticas aburridas y solo pensaba en que me dijeran ¿en que momento y que día me dejarían ir a la playa?, mientras tanto por fin al tío se le ocurrió decirnos:
- por favor pasen, que esta casa es también suya
Que vendita palabra para comenzar. El nos llevo a recorrer los 50 metros que nos separaban entre la entrada y la puerta de su casa de dos pisos. Ya al ingresar nos recibió su sirvienta (que la muy maldita estaba muy bien con esa “faldita de trabajo”) y de pronto, como el venir de un ángel, apareció su señora esposa. Que mujer!!!... se acerco y nos dijo:
- Hola, Justo los esperábamos!
Sonriente, mientras se acercaba a saludar a mis padres y yo solo atinaba a mirarla con una morbosidad increíble y disfrutar de su vendito escote que hacia lucir sus hermosos pechos. Por suerte estuve allí, en medio de todo un sueño casi erótico para mi, cuando ella vino a saludarme con un abrazo tan efusivo que me hizo erectar sutilmente, sin que se percatara, por suerte, nadie de mi “entusiasmo”.
Pero esta historia en realidad aun no enfoca al segundo personaje principal de esta novela. No se de donde fue que de pronto apareció una admirable chiquilla, de unos 15 queridos años, detrás de Adriana (la esposa de Juan), con una sonrisa tan increíble que sentía era parte de un cuadro de bellas artes.
- Y bueno, les presento a mi hija, Andrea.
Fue realmente increíble. Yo que tenía entre mis contactos virtuales a chicas que solo había logrado ver por fotos y a quienes consideraba inalcanzables a mi propia vida, finalmente me hizo sentir nockeado cuando vi a una digna representación de un ángel. Ella era Andrea, una hermosa chica de 1.70 de estatura, con un rostro caído del cielo, muy fino y con unos labios rosados que resaltaban con su oscuro cabello medianamente rizado. Ella, que sin problemas cumplía las medidas perfectas a mi entender, destronaba tajantemente a su madre, a pesar de todo.
Vestía en esa mañana un polito rojo, tipo dividí que hacia notar sus hermosas tetas y ombliguito plano, además llevaba un jean celeste a la cadera y que no me era necesario esperar que se gire para saber que era poseedora de unas admirables piernas y pompas. No pude evitar sonrojarme ante ella.
La verdad es que no me di cuenta en que momento saludo a mi padre y madre, solo sentí que con una preciosa mirada y una sonrisa de ángel se acerco a mí sutilmente para decirme:
- Hola, que gusto conocerte al fin
- Hola Andrea…
El fin… mi extenuante nerviosismo me obligo a no decir nada mas, creí sentir ahogarme y hasta creí haberme quedado mudo, pero si estaba impactado. Para suerte mía, creo, nadie se dio cuenta de mi nerviosismo y siguieron conversando unos cinco minutos mas en su sala mientras ella estaba sentada al lado de su madre y yo, frente a ellas sentado, tenia un cuadro de película ante mi vista. No podía escapar de ver el hermoso escote que mostraba Adriana (la carne llama mas), sin embargo mi vista estaba concentrada en Andrea y en todo lo que era y representaba entonces. Me preparaba para algo realmente increíble.
Promediando las 9:30 subimos a nuestro cuarto. Pude observar que al lado izquierdo habían dos cuartos mas mientras nos dirigíamos a un par de metros a la derecha. Allí estaba nuestro departamento.
Ya en el cuarto, mientras ayudaba a mi padre a desempacar las cosas, mis pensamientos estaban en esos increíbles diez minutos donde mi mente grabo todos los pasajes de la hermosa chiquilla de 15 añitos. Desde su hermosa mirada, su rostro, su cabello y su finísimo cuerpo de infarto, todo y cada milímetro suyo era de admirar en ella, la bellísima Andrea.
Al terminar todo decidí darme un duchazo muy frió y dar rienda suelta a mi morbosidad, solo apaciguada por un reverendo pajazo que me provoco tener que limpiar todo el piso y la ducha posteriormente. Que importaba, valía todo por lo que me había pasado entonces. No podía creer que estaba viviendo en el mismo techo que ella. Vaya suerte que aun recién comenzaba…
Al terminar la mañana a mis padres se les ocurrió salir a la ciudad para hacer algunas compras en la feria con mi madre. Me preguntaron si quería ir pero decidí quedarme a ver que había en el televisor y descansar un poco. De repente yo creí que todo lo que me había pasado y sentido hasta entonces me había cansado a si es que me tire a la cama y me puse a escuchar música. De repente fue solo minutos, pero al fijarme el reloj ya había sido una hora que estaba solo, cuando de pronto escuche tocar la puerta de mi cuarto (que daba al pasadizo de la casa) y al ir a abrirla me quedo con la sorpresa que era Andrea:
- Hola, tienes unas tijeras?, préstamelas porfis
Me dejo literalmente abobado… no sabia que hacer, solo la miraba con su espectacular sonrisa que ya me había encantado y que en mi gran esfuerzo a tranquilizarme alcance decirle:
- Ahh, voy a buscarla, ya vuelo
Me quede muy impactado, nunca creí que la vería allí y hasta ciertos momentos me asuste de eso. Fui corriendo a buscar alguna tijera por allí y mientras lo hacia me tomaba mi tiempo para respirar tranquilo, mas que nada para verla de nuevo y no sonrojarme allí. Cuando la encontré y fui a llevarla ella se esperaba mirando sus uñas, razón como para poder observar mejor su increíble cuerpo (a pesar que llevaba jeans se veía espectacular). Aquí esta!, de dije; ella me sonrió, me miro y me dijo con un tono dulce y ligero:
- Gracias, eres muy lindo, ya te la traigo
Haaaa!!!!!!, que increíble!!!. Para mi todo eso era suficiente. A pesar que no entendía porque lo dijo, el hecho de sentir que me había dicho algo halagador una chica tan hermosa me genero una taquicardia fantástica. Fueron las primeras palabras que me dijo y ya sentía haberme enamorado de ella. Entonces atine a sentarme y en un minuto mas echarme para cerrar mis ojos y sentir no despertar de este sueño que era de carne y hueso. Me sentía hipnotizado por cada micro segundo que podía verla, además aquellas cortas palabras suyas “eres muy lindo” y mas aun que venia de ella, una chica a quien en ningún transcurso de mi vida creí que se fijaría en mí como ser humano, pero lo hizo y ya era hasta suficiente entonces.
Aunque no tardo en traérmelo lo sentí algo prolongado el tiempo y ansia de espera, pero ya la tenía allí, de nuevo sonriéndome tan tiernamente y entregándome de sus hermosas manos ese pretexto llamado tijera, para decirme muy encantadoramente:
- Gracias.
Parece ser exagerado, pero no es así.
Después de eso se vino la noche, algo fresca, con un fuerte calor caribeño y con una fresca brisa que era digna de sentir en la ventana. Era todo lo que necesitaba para darme una siesta de aquellas que deseas nunca despertar.
Ese fin de semana (luego de tres días transcurridos) mi vista se deleitaba con Adriana, quizás algo irrespetuoso al no llamarla señora, pero mi ojos mensajeaban a mi cerebro diciéndole que ese cuerpo no pertenecía a alguien quien ya había pasado a las filas de las “señoras”. Yo la encontraba siempre allí, andando en el primer piso de un lado a otro, mientras que yo, desde el segundo piso, podía seguirla a todos lados. Creo que tenia la costumbre de llevar siempre faldas enteras, esas que imaginas que cuando las quitas no queda nada a esconder pero que solo muere en tu perversa imaginación de un muchacho desesperado como yo. Además, su hermoso escote se prestaba para calentarme más y sin medida; ella seguía moviendo su cuerpo para hacer distintas cosas que no me importaban, hasta que llegaban a su lavandería. Cada vez que esta deseada señora iba a lavar algo, obligadamente se inclinaba para hacerlo bien. Mientras que del segundo piso podía disfrutar más aun de sus espectaculares senos, en el primer piso (al cual la familia nos daba la plena confianza de transitar) se podía observar unas increíbles piernas que relucían un perfecto bronceado y casi unas increíbles nalgas. Era suficiente para descargar todas mis emociones del día. Pero solo es el segundo plano de mis atracciones.
Andrea normalmente no estaba en casa y eso me obligaba a perder mí vista en Adriana, pero cuando tenía la suerte de verla, solo la miraba con cierto grado de amor y basta lujuria. Cada día tenía distintas maneras de provocarme. Se vestía unas prendas que le pegaban al cuerpo y al cual te mostraban lo hermosa que es y lo delicada que la sientes, pero lastima que no eran muchos momentos. Entonces llego domingo.
En la mañana, mis padres salieron a visitar a un familiar suyo, no se quien, pero como soy una persona a quien le “encanta” estar en conversaciones combinadas con menopausia e impotencia, era un placer decirles que preferiría quedarme en casa. Ese día Juan y Adriana también hicieron lo mismo, pero no lo supe hasta después.
Mientras me encontraba en el cuarto escuchando música, como a las 10 de la mañana, tocaron la puerta y salte del susto porque creía que estaba solo; era Andrea. Que hermosa; estaba vestida toda perturbadora con una minifalda blanca que hacían resaltar increíblemente sus preciosas piernas largas, mientras que su polito negro mostraban un ombliguito tan bello acompañado de su leve escote que era suficiente para hacer notar con gran sutileza y lujuria sus hermosos senos. Yo estaba impactado.
- Ho… hola.
Dije haciendo notar claramente en mis ojos lo impactado que me encontraba ante aquella hermosa mujer.
- Hola, vine a visitarte…
Era lo que me decía posteriormente. No sabia a quien agradecer de su existencia y de la suerte que tenia en esos momentos, no importaba que tiempo, me encontraba frente a la mujer más hermosa que para mí gozaba de existencia en este heterogéneo mundo. Luego me dijo:
- Mis padres se fueron a la casa de playa y seguro que llegaran a media noche o mañana todavía; quería saber si puedes acompañarme a tomar desayuno
- Claro!, esta bien me pongo algo y vamos.
Y mientras sacaba un polo ancho (para no hacer notar mi “emoción”) pensaba en lo increíble que era al decirme que se sentía sola y que me había elegido para ser su acompañante en la mesa. Se que quizás no tenia alternativa, quizás, pero no podía creer la suerte que tenia de tener frente a mi a una muy deseada mujer de cabello azabache con unas curvas de infarto. Me sentía bastamente halagado de estar solo instantes o quizás no se cuanto tiempo con ella, solos los dos, ella y yo y no pensaba desaprovechar mi oportunidad. Solo se que ese día para mi fue uno de los días mas increíbles que recuerdo en mi vida y me lo llevare a la tumba.
Ya en la mesa, ella sentada casi al frente, no podía ocultar el deseo de mirar su escote que me estaba volviendo loco. Por cortos momentos ella tuvo que darse cuenta y me lo hacia saber cuando sonría de una forma tan picara que me sonrojaba por lo hecho. Ella me contó algo de ella, lo que hacia y lo que estudiaba, lo que escuchaba y lo que quería, lo que miraba y lo que admiraba; no importaba, solo su presencia y sus carcajadas que gozaban de una confiada alegría eran algo mas de ella y de lo que deseaba. Por momentos me perdía cuando la volvía a mirar como mujer, sus labios, sus hombros, sus manos; ya no sabia que hacer y de repente hasta quería besarla pero hubiera sido lo mas estupido que hubiera hecho entonces ya que arruinaría la magia de los próximos minutos.
En un abrir y cerrar de ojos ya eran las 11:30. Ella se paro y fue hacia su refri para sacar unas uvas. Mi vista estaba premiada. Mientras me decía no se que diablos me dio la espalda para agacharse y coger me imagino la fruta, mientras yo me estaba volviendo loco de aquella visión de sus muslos desnudos que se cruzaban levemente y que me estaban poniendo como tren. Cuando ella se paro y volteo repentinamente imagino que vio mi cara de bobo para que me mirase y sonría coquetamente mientras yo me avergonzaba del momento. La muy maldita me estaba torturando con todo ese espectáculo y ella gozaba de esos momentos ya que me expresaban sus carcajadas algo de placer y morbo por todo lo que me generaba y lo sentía. Ella con tremenda conchudez me pregunta:
- Hay chiquito, porque te sonrojas? Jajaja
No podía decirle nada en ese estado, estaba avergonzado pero con todo eso no me sentía culpable. Fue cuando de repente me dijo una palabra que cambiaria toda mi forma de pensar entonces:
- me encanta que me mires así….
Fue suficiente. En ese momento cambiaron sutilmente mis pensamientos de niño tonto, que no pensaba en aquella bella posibilidad de poder llegar a más y solo decidí ser sutil al decirla suavemente:
- Sabes Andrea, eres linda…. Y me imagino que los chicos deben estar persiguiéndote por todos lados
- Si es cierto me molestan mucho pero me encanta que me miren no te lo niego…. Y más me encanta que se sonrojen cuando me ven, jajajjaja….
Ya no podía mas, me estaba diciendo la muy maldita que le encantaba que la mirara entonces y quizás eso desertaba en ella el morbo que a mi ya me explotaba. Era increíble tener que vivir en el mismo techo con una chica tan increíble como ella y mas aun, casi mirarla sin tener problemas que cuando te descubra no te abofetee la cara por el atrevimiento. Ella mas bien me recompensaría por hacer lo que yo mas disfrutaba en esos momentos.
En ese momento ella fue a buscar e la cocina a su sirvienta que, para sorpresa mía, le dijera que se podía tomar el día libre y que venga mañana sin problema alguno. Obviamente sin más reparo la sirvienta se fue 5 minutos mas tarde para ahora si dejarnos a los dos solos con una inmensa casa de ensueño y un perro que ya me lo había ganado. Pero mi sorpresa fue más grata aun cuando ella, coquetamente se me acerco al oído para decirme con un tono medio morboso:
- Que te parece si vamos a la piscina…. Me acompañas?
- Ah!.... si si, si me gustaría… voy al cuarto a buscar mi ropa de baño
- Ok, yo también haré lo mismo si, te espero abajo en cinco minutos….
Y así fue. Si para mi era un infarto mirarla de cómo caminaba con esta perturbadora ropita y como se contorneaba su traumática falda sobre sus nalgas y rozando sus muslos, el hecho de pensar que la vería en ropa de baño me estaba poniendo loco. Fui volando a mi cuarto para descargar mis emociones en el baño y luego ya algo tranquilo colocarme el traje para bajar a la piscina. Creo me demore unos 10 minutos, suficiente tiempo como para imaginar que ella ya estaba en el agua o solo cómoda echada frente a la piscina, pero no fue así. Al bajar llegue al jardín y vi que aun no bajaba, me parecía extraño por el tiempo que ya había transcurrido, entonces decidí sentarme frente a la piscina con el pretexto de tomar el sol pero con la increíble necesidad de ya verla en ropa de baño. Al final no importaba el tipo, si seria entera o en dos piezas, para mí ya era suficiente verla en solo una muy sencilla y pegada vestimenta que me haga lucir su extenuante cuerpo y sus hermosas partes que ya eran parte de mi asombro. No espere mucho creo y finalmente aquella corta espera se disolvió en mi mente para transformarse una vez mas en un increíble asombro. No pude creerlo; esta hermosa mujer se acercaba a mí, a unos 20 metros, con un bikini de dos piezas realmente increíbles. No podría describir tal magnitud de la belleza que entonces se me acercaba con su más fina sonrisa de diva y con su más puro y terso cuerpo envuelta en tan sencilla pero hermosa prenda. Simplemente dije gracias entre todas mis conclusiones. Es uno de los recuerdos más bellos que tengo de ella y que jamás borrare ni un ápice de mi mente. Me sentí orgulloso de ella y hasta sentí que la amaba profundamente. Una vez mas me sonrió mirándome a los ojos diciéndome como una buena niña, “ya vine” mientras que en un abrir y cerrar de ojos ya estaba echada a mi costado.
El sol de aquella isla es increíblemente insuperable de perfección. Va como lo quieres, sin abuso de exclamación ni mucho menos grosería al llegarte a la piel; es suave y fuerte, así como el aire que corre sin prisa alguna y sobre todo eso se encontraba ella, diciéndome no se que cosa o contándome algo, pero que en mi mente la sentía toda y la tocaba con ternura. Entonces, a ella se le dio la gana de sentarse y mirarme mientras se echaba bronceador en sus brazos.
- Y que piensas al respecto?, pregunto.
- Eh yo?
No tenía ni idea lo que me decía y por cómplice de mi demora ella una vez mas emitió su tan original sonrisa que me expresaba una muy hermosa burla a mis perturbaciones:
- Hay Miguel en que o en quien andarás pensando…
- No, solo miraba el agua y me distraje
- Claro. ¿Te parece si nos metemos al agua?
- Uhmmm esta bien vamos.
En ese preciso instante ella no dudo en levantarse para, según ella, estirarse y lanzarse. Y lo digo así, porque en ese momento que se levando pude disfrutar de una increíble vista. Su bikini era un hilo dental. No se como describir mi asombro ante tal espectáculo, quizás ella se dio cuenta que me quede mudo por un buen rato, exactamente mientras ella me daba la espalda. ¡Que tales nalgas dios!, estaba completamente abobado al ver su par de hermosas nalgas que estaban frente a mi. Realmente fue todo eso increíble; su cintura desnuda, su espalda y la muy delgada línea de tela que separaba, no se como, a una carnosidad de la otra, no lo podía creer. En ese mismo instante ella, aun de espaldas, me pregunta:
- Y, te gusta lo que ves? Jajajaa…
La maldita se reía coquetamente mientras yo aun pensaba en que responderla.
- Haaa, si.
Dije casi sin oxigeno ni con el deseo asustadizo de que me escuchara. Solo percibía sus carcajadas que me hacían suponer que se burlaba de mi notoria perturbación ante tal hecho. Al rato me miro, se acerco a medio metro y con su hermosa sonrisa con tamiz pícaro me dijo:
- Bueno, venga, dame la mano y vamos a la piscina
- Ah ok adelántate mientras me quito los zapatos
Que estupida excusa!, no llevaba zapatos y peor aún, mi pretexto fue porque todos esos cortos diez segundos me habían provocado una erección de aquellas, que a pesar de mi ridículo argumento no logre pasar desapercibido. Ella se dio cuenta y para aparentar que no se volteo rápidamente con su rostro sonriente y algo morboseada para tirarse al agua. Pero eso no evito que me sintiera avergonzado yo.
En los primeros 5 minutos que lo pasamos en el agua no hablamos de nada. Ella se fue casi a un extremo y yo en el mismo lugar solo metía mi cabeza al agua. Por ratos me daba una miradita para que posteriormente me sonriera como cuando uno esta flechado. Quizás así lo sentí y quizás ese fue el motivo para que, nadando, ella se me acercara y me tomara por la espalda (mejor dicho del cuello) para jalarme e intentar ahogarme. Al rato y al lograr su cometido atino a escapar para evitar perseguirla (y obviamente invitarme sutilmente) y hacer lo mismo y entonces la comencé a perseguir y perseguir hasta cuando por fin la alcance y entonces me sentí con la mas entera confianza de tomarla del hombro para ahogarla. Ya no podía pedir más; estuvimos jugando como dos niños tontos en el agua, persiguiéndonos y empujándonos con ternura más que con destreza de querer ganar este pretexto. Todo eso nos duro como una hora dentro del agua y yo me sentía enteramente complacido con el solo hecho de poder tocarla, tan solo un poquito y por ratos otro poquito mas y decirle a mi diario que viví ese día el sueño de mi vida.
Unos minutos después salimos a tirarnos y disfrutar algo del sol que era muy tentador entonces; ella se tiro boca abajo regalándome una hermosa vista de su mas preciado culo. Por varios instantes mi mente borraba esas finas telas que la cubrían para imaginarla completamente desnuda mientras su bikini ayudaba a mi causa. Era realmente sorprendente las increíbles curvas y redondez que tenían sus nalgas, en cualquier ángulo que lo miraras.
Ya casi a la entrada de la penumbra es que decidimos entrar a cambiarnos. Nuestros cuerpos se encontraban totalmente torturados del trajín y fatigados por todo lo transcurrido en la piscina. Al rato me dijo que después de ducharnos nos encontráramos en el comedor para comer algo, propuesta que para mí fue un placer cumplirla.
Mientras el agua refrescaba mi camaronica piel, mi mente estaba completamente trasladada en ella. Solo cerraba los ojos para pensar en lo que solo a un instante me había pasado y hasta de lo que había tocado. Aun no lo podía creer que me había pasado, menos todavía con tan brillante compañía que era parte entonces de mis más gratos momentos y deseos. Solo por ratos mi mente me enfermaba imaginándomela desnuda conmigo en la ducha, besándola todita y gozando de su hermosa desnudez. Esa vez la dedique sin más reparos y lo disfrute como si me hubiera pasado el orgasmo mas profundo con ella. Baje unos segundos después, con un polo ancho muy ligero para no sentir que me irritara la piel del tremendo sol que me había torturado. Baje muy corriendo para servirme algo ligero; ella aun no bajaba y me apresure a devorarme lo que encontrara, para que cuando baje aparente no ser grosero al comer.
Quizás pasaron unos cinco minutos cuando de pronto ella grito desde su cuarto:
- ¡Ya bajo en unos segundos!
Y no paso casi nada, cuando de pronto mis sueños y fantasías mas profundas bajaban con un vestido blanco muy corto y sencillo y de una sola pieza. Ya era demasiado, ella si con faldita se veía hermosa, con bikini se veía espectacular, con una faldita así y con el perverso olor de una mujer recién bañada ya era demasiado para todo lo que tenia que pasar ese día. No pude resistirme a decirle algo y deje atrás todas mis vergüenzas para mirarla fijamente y decirla con toda mi exclamación merecida:
- Eres muy bella Andrea…
Ella, sin más reparo en reírse por lo abobado que estaba, solo me regalo una hermosa sonrisa sincera para decirme con sus delicados y carnosos labios:
- Gracias Miguel, me encanta que me digas eso…
Solo fue eso y con eso cerramos el día de los halagos y de la introducción a algo que sin darnos cuenta y para suerte mía nos estaba uniendo más y de la forma más rápida y hermosa para mi gusto y encanto. Me estaba enamorando de ella y creo que la pieza fundamental era lo hermosa que por todos los ángulos era ella para mi… sin duda alguna y como complemento sentía que sus gustos eran los míos… mientras yo disfrutaba mirándola y disfrutando de la belleza que gozaba de ser suya, ella se deleitaba de las cosas que me generaba al momento de enseñarme sus preciosas curvas y atrocidades, además de percibir un sentimiento de morbo a desear querer enseñarme mas de ella, que también me excitaba y enfermaba por ratos. Esa noche nos despedimos sin antes regalarme lo que para mi cerraba la noche con broche de oro. Se me acerco, contorneando su bella figura y sacudiendo suavemente sus senos para regalarme un suave beso en la mejilla y decirme:
- Me encanto que me acompañaras hoy Miguel… Dulces sueños.
Me dio la espalda y en el filo de la escalera vi escapar a la persona que desde entonces representaban mi digna tortura al suicidio y locura. Solo le dije “hasta mañana Andrea”…
Por la noche, mientras estaba echado intentando no dormir para que no acabase el día que había tenido, mi mente comenzaba a recordar lo fabuloso que fue para mí haberme quedado en casa y tener la magnifica presencia de la mujer que al inicio juraba inalcanzable. No se si el destino me había preparado una tortura o algún sufrimiento sin culpa, pero de aquel día se me grabaron sus redondas nalgas que disfrute ver tan cerca mientras ella estuvo parada antes de entrar a la piscina y las que me mostró mientras descansaba echada boca abajo. Bueno, aun me quedaba casi todas mis vacaciones y solo sentí el derecho, con mi absoluta certeza, de pensar que pasaría algo mejor todavía en los próximos días con mi adorable Andrea.



A veces las historias aparentan tener exageraciones… ese tipo de exageraciones no suelen ir al lado de mis vivencias y menos cuando ando cuerdo recordando algunas cosas. Andrea estaba formada de un sin fin de expresiones corporales, que sin necesidad de ser tocado y hasta ni si quiera ser visto, su presencia se siente y se disfruta. De vez en cuanto uno se divierte al Salir a la calle o quizás exquisitamente a alguna bella playa, pero la sensación de estar frente a ella provocaba en cada extremidad de mi vida una leve y sensual descarga eléctrica combinada con algo de excitación. Ella es así y es mejor representada así. Quizás no tendría que decirte mucho, pero ya significaba demasiado. Eso era lo increíble…
Un día me propuse lavar mi ropa. Era una tarde algo nublosa o quizás solo opaca. No tenia mucho en mente para ese día a si es que estuve en la lavandería, en la azotea, pensando en quedarme como unas cuatro horas mientras observaba quien diablos vivía alrededor. De repente sin imaginarlo y en mis estados más sorbidos y sombríos siento una presencia detrás. Era ella… con su más talentosa mirada que me derretía sin hacerlo a propósito y me clavaba una ternura dentro de mis conmovidos latidos generados por su presencia:
- Hola Andrea, como estas?
- Hola Miguel, que gusto verte hoy…
Y sin más preámbulos tuvo la delicadeza de acercar su mejilla a mi rostro para sentir con mis labios su tersa piel. Ella traía una pequeña canasta con algo de ropa e imagine rápidamente que necesitaría la lavandería:
- huy, bueno, igual ya termino de lavar solo déme cinco minutos para terminar si?
- Ah, no, no te preocupes, solo necesito un poco de agua y mientras tu estés allí me sentare en el piso para mojar esta ropa con algo de detergente…
- Bueno, ok entonces sigamos
Sin darme tiempo a terminar de hablar, ella literalmente me empujo a un costado para llenar con agua su pequeño balde. Sonreí ante su delicada grosería y ella acompaño mi alegría con otra más resaltante aún. Lo encantador de todo es que ella, una vez mas, llevaba una faldita muy corta tipo jean y un polito blanco muy escotado (para mi agradecimiento hormonal) y me daba una hermosa vista de sus dos hermosos senos. Al sentare en el suelo tuvo que hacer malabares para intentar cubrirse su entrepierna y finalmente se tuvo que cubrir con un pañuelo. Ella comenzó a contarme sobre alguna antigua relación que tuvo en su centro de estudios, con un chico medio maniaco que le gustaba andar en motocicleta y que por cierto eso era lo único que le había encantado de el. Y después, otra y otra historia más; no importaba, la tenia allí cerca, muy cerca y casi con las piernas totalmente abiertas y solo cubiertas por un delgado pañuelo.
Casi una hora después tuvimos un corto silencio que se genero cuando intentábamos hablar de mí. En eso, sin que ella lograse darse cuenta, al mover una de sus piernas es que el vendito pañuelo se movió ligeramente, para que así me regalase una hermosa vista de su tanga negra. ¡Que regalo!, realmente hermosa vista la que esta divina mujer me regalo sin darse cuenta, pero tanto fue la emoción que creo hice notar mi impacto con mi nerviosismo… mi vista caía a su entrepierna y se forzaba cuando ella me hablaba mirándome a los ojos. Que hermoso. Al final ella se dio cuenta y tubo que taparse como estaba al inicio y seguir conversando. Media hora mas, se paro y se despidió de mi sin mas.
Esa noche pensé en ella como todas las noches anteriores. Sus ojos, sus cejas, sus labios y todo lo que conformaba a aquel ser humano que era digno de retratar. Mejor descanso para no tenerla tanto tiempo mas en mi mente.

Un día mi madre preparo unos queques de casa (por cierto muy solicitadas en la familia). Pues yo no podía quedarme con las manos cruzadas de darle el gusto a Andrea para que probara esa delicia. Enseguida fui corriendo a su cuarto para llevárselas unas cuantas:
- Andrea!... Andrea!!!, donde estas?
- Ya salgo Miguel, siéntate que ya voy…
Me respondió de su baño. Entonces mientras observaba sus cosas y su muy tentadora cama me pude percatar que encima de su lecho había un vestido color negro muy elegante y una tanga negra (imagine entonces que era la que le había visto aquella vez). Me ruborice al verla frente a mí e imagine que saldría con sus amigas o algo así esa noche. Al sentarme y esperar en aquella tranquilidad fue que escuche el sonido de una ducha. ¡Ella se estaba duchando!!! Y no sabia que hacer. Ese detalle me permitió mas aun estar pendiente de su salida y de mi tenso nerviosismo de quizás asustarla a pesar que ella me había dicho que la esperara. Fue cuando en esos tres minutos transcurridos salio ella del baño. Fue increíble. Estaba saliendo con una toallita, con todo su cabello húmedo y con su muy característica sonrisa risueña que me volvía loco:
- Miguel, perdón que me haya demorado que estaba dándome un baño
- ….
No dije nada. Estaba temblando y ella se secaba el cabello con una tela dirigiéndose a su cama:
- Y que te trae tu inesperada visita?
- Bueno, te traje unos queques, espero sean de tu agrado….
- A gracias!, a ver déjamelos probar un poquito
Enseguida se me acerco, me tomo del brazo para apoyarse y tomar uno. Ese instante fue realmente torturador; el olor de su humedad, frente a mi, casi desnuda y recién bañadita realmente me volvió loco. Mis mejillas se sonrojaron y mi boca se quedo abierta. Obviamente abajo tenia un gran problema que me era complicado cubrir y solo la fuente me ayudo a que ella no se de cuenta del detalle este:
- Uhmmm, están bien ricas, donde la conseguiste?
- Ehhh mi madre las hizo. Son para ti….
- Que encantador… no te preocupes, en 15 minutos vuelves para llevarte la fuente si y así también me das tu opinión de si me veo bien con mi ropa nueva, si?.
- Ah ok esta bien, entonces vuelvo
- Ya, te espero….
Solo así me tuve que dar la espalda bruscamente para que no se diera cuenta de la semejante erección que me había provocado. No lo podía creer por lo que había pasado, estaba mudo, pero tenía que volver a reponerme para estar mas tranquilo en un rato más. Y faltando unos minutos decidí volver a su habitación con el buen pretexto de la fuente y así verla de nuevo. Cuando toque la puerta ella ya estaba lista y tuve otra sorpresa más:
- Miguel, que tal me queda esta faldita, te gusta?
- Andrea!!... te ves… eh… no se que decirte
Me había dejado mudo. El corte de su vestido en la espalda era realmente bello. Aquel vestido negro elegante era de infarto y muy sencillo, lo suficiente como para percibir el espectacular cuerpo que tenia.
- Te ves bien.
- Que?, Solo bien?, baaaa… pensé que te gustaría
No podía ser abiertamente sincero a ella por el tremendo cuerpazo que tenia y por lo increíble que se veía entonces, pues quizás tenía miedo a darle la opinión menos precisa.
- Bueno, me gusta mucho como te queda el vestido Andrea
- Enserio te gusta?
- Si, realmente me gusta
- Que bueno… Miguel, iré con unas amigas a una disco, pero quisiera que vengas a recogerme como a las dos de la mañana. ¿crees que podrás hacerlo?
- Si claro!!, allí estaré…
- Ok gracias, entonces te espero… aquí te dejo el lugar.
Y así salio… En realidad no tenia ni idea como salir de aquí a esa hora, pero no podía perder la oportunidad de poder estar con semejante mujerona y sentir la envidia de los demás. Me gusto que me lo dijera y mas aun que con su pedido me confirmaba que estaría con chicas y de repente chicos, pero no con su posible enamorado… solo tenia que pensar en como salir.
Como a la una y media aun estaba en casa, pensando que haría; mis viejos estaban durmiendo como muertos y todo estaba oscuro. Sin mas rollos Salí por la ventana del cuarto y deje semi abierta la ventana de la sala para escapar. No importaba entonces. Salí corriendo de la casa y en el transcurso me percate que cambiaba mi agitación por las ganar de verla nuevamente.
Ya a una cuadra del local donde la recogería me topaba con chicas que estaban cañón, me sentía en un desfile de modelos con tantas chicas lindas, pero ya sentía pasarlas con no tanta atención como la espera que tenia por mi Andreita. Me detuve a esperar.
Eran las tres y media de la mañana y realmente ya no podía más; me preparaba a irme a dormir y quizás estaba esperando como un pavo sin darme cuenta que quizás sin ningún ruido ella ya había llegado a casa. Para suerte mía y justo cuando ya caminaba media cuadra logro ver que un par de chicas salían de ese lugar. Mientras me acercaba a ellas (imagino que era amiga suya) me di cuenta que sus pasos eran sigsageantes. Por lo visto estaban ebrias.
- Miguel!, pensé que te habías ido. Ven ayúdame que me siento mal… ah, Matilda, el es el chico de quien te hable.
- Hola Matilda…
- …
Estaba hecho un trapo Matilda. Quitándole algunos litros de alcohol de su cuerpo podía observar que su amiga Matilda realmente estaba buenísima. Unas tetas que valían por dos nalgas y una carita de ángel. Me sentí premiado cuando tuve que abrazarlas a las dos para llevarlas.
- Andrea, donde dejamos a tu amiga?
- La llevamos a casa
- Y tus viejos te mataran?
- Jaja… ellos se fueron de viaje
Por fin entendía el atrevimiento de esta dulzura. Aprovecho que sus viejos no estaban para darse una juerga…. Que aun no terminaba. Después de un cansado recorrido por fin llegamos a la casa. Al ingresar, Matilda ya teníia algo de conciencia, pero se puso a gritar y hacer algo de escándalo al que por suerte mis viejos no alcanzarían a oír. Ya en el jardinjardín, Andrea primero fue a la cocina a comer algo y mientras tanto, en un abrir y cerrar de ojos me doy cuenta por la ventana que Matilda estaba al lado de la piscina a punto de tirarse un chapuson…
- Matilda no!!...
En eso Andrea se dio cuenta y me dijo que corriera a ayudarla. La muy mensa se había metido con todo a la piscina y en ese estado. Sin más preámbulos tuve que entrar con mi ropa también para sacarla a la loca que estaba buenaza y que nos llenaba de un susto y que por suerte la saque enteramomentáneo. Cuando la eché tire al suelo, al lado de la piscina Andrea me pidió que la cargara a su cuarto mientras ella me “guiaba”. En realidad no sabía como mas bien cuidarla a ambas debido a lo mareadas que se encontraban. Al rato que entramos ella entro al baño indicándome que la tirara en la cama luego de desvestirla:
- Desvestirla? Yo?
- Si Miguel, mientras me doy un baño
- Pero….
- Apúrate anda, que Andrea no puede mojar mi cama…
Que paso? O es que Andrea realmente estaba demasiado ebria o me encontraba en un país excitantemente liberal?... no lo podía entender y tampoco no me atrevía desvestirla:
- Andrea, y si te espero para que tu la desvistas
- Que te pasa Miguel, nunca has visto una mujer desnuda?
- Pues….
- Entonces desnúdala y tirala a la cama
- Bueno, ok.
Sin más preámbulos ella entro al baño y yo con rebalsante vergüenza me puse a desvestirla (que encanto para mí). Primero la tire al piso para allí sacarle los tacos (donde en el transcurso me daba una magnifica vista de su entrepierna), para así abrir el broche de su falta y, volteándola, quitarla poco a poco… Estaba como un tren… casi encima de ella, mientras Andrea se daba una ducha, la estaba dejando en ropa interior a su amiga que estaba buenísima… La muy maldita de su amiga llevaba una ropa interior muy pequeña y que en transcursos me hacia perder la vista en su recortado monte de Venus. Realmente hermosa. La tire a su cama así sin poder quitarla toda su telita y sin violar las posibilidades de creer que solo “desvestirla” era hasta allí. No vacile más y al rato salio (como para terminar la madrugada, Andreita con su toallita) y con el cuerpo y mirada vistosamente cansada, la miro, me miro, sonrió tan angelicalmente y me dijo:
- Olvide que eres latino y que tienen una cultura más conservadora Miguel…
- Pero, creí que me habías dicho que hiciera eso?
- Si, pero su ropa interior también esta mojada…
- Uhmmmm…. (silencio) uhmmm…
- Jajajaja, me encanta lo tierno que eres Miguel. Ven, siéntate conmigo
Enseguida me tomo de la mano y me sentó en la cama a lado suyo. Yo estaba temblando… el hecho de tener a una bella chica a mi espalda, en ropa interior muy pequeña, mientras Andrea estaba a lado mío, con solo una toallita cubriéndola me estaba dando un hermoso sueño real.
- Nunca había conocido a alguien así… eres encantador.
- Ahh gracias Andrea, tu también eres relinda…
Enseguida acerco sus labios a mi rostro y me dio un profundo beso en la mejilla que se encontraba a su lado.
- Anda ve a dormir Miguel, mañana vemos una película si.
- Bueno ok, hasta mañana Andreita
- Hasta mañana Miguel…
Solo fue eso y quizás lo suficiente para enamorarme mas de ella. Finalmente tenía lo que quería, una hermosa madrugada con dos chicas hermosas y una en especial de quien me estaba enamorando increíblemente. La increíble vista que tuvo mis ojos me incentivo a desfogar mis energías para así dormir cansado y listo para desayunar en unas horas más con ella…

A la mañana siguiente, no se que horas, mi padre se acerca a mi cama y me dice:
- Miguel, hubo un problema en la casa, tendré que volver con tu madre y estaré como unos 5 días allí. Aquí te dejo dinero y no lo mal gastes si, se que deseas quedarte a si es que disfruta tus vacaciones sin nosotros estos días ok.
- Que!... ya ok nos vemos.
Por ratos hasta creí que era un sueño… mis viejos me estaban dejando solo en el departamento y volverían en 5 días!!!... bueno, seguía durmiendo por el cansancio de la noche anterior donde mis padres nunca lo supieron…
Ese mismo día, como a las 11 creo, alguien toca la ventana. Era mi bella Andreita. Cuando le dije que pasara me di con la sorpresa que ella llevaba una pijama tipo faldita de una sola pieza (no se el nombre, pero además eso me hacia suponer que también recién se levantaba). Era una prenda muy delgadita color rosado y unas pantuflas altas que le quedaban bárbaros:
- Miguel!!, oí cuando tus viejos salían, a donde fueron?
- Ah, viajaron por 5 o 7 días; hubo un problema en casa y regresaran después…
- Enserio? Vaya casualidad, mis padres se fueron en una tía al norte y estarán dos semanas allá
- Enserio! (desperté lucidamente)
- Si Miguel… tenemos la casa para los dos solos….
En ese momento mi mente perversa estaba concentrada en sus hermosas piernas que observaba sobre mi cama, medianamente recostada a mi lado y que me elevo la temperatura hasta notarse en la sabana:
- uhmmm, por lo que veo también te encanta la idea…. Jajaja…
Nuevamente me avergoncé y me cubrí con la almohada:
- Ah no, es que hace calor y es incomodo dormir con ropa…
- No te preocupes Miguelito, yo también duermo así, solo que para visitarte me puse eso que no lo uso mucho…
Que maldita, me estaba diciendo que ella dormía desnuda, mientras yo me quedaba como cojudo pensativo… Y mientras mi mente se perdía entonces, en un momento de conciencia observe bien la parte delantera de su pijama…

¡Dios! Se le notaban los senos!!!... esta prenda era tan sencilla y traslucida que podía darme una espectacular vista de sus rosados pezones que acababa de descubrirlos…
- Ah, te gusta mi pijama?
En ese instante la chica perturbadora se para frente a mí y gira lentamente para modelar su pijama solo para mis ojos... Eso me confirmo que no llevaba sostén y si unas braguitas realmente espectaculares. No podía creer lo que mis ojos observaban con tal crudeza:
- Wow… me gusta como te ves Andrea…
- Jajaja… entonces ya levántate y comamos algo para comenzar nuestro día solos…
- Bueno, ok ya bajo si.
- Esta bien, apúrate.
Ella giro su cuerpo coquetamente para salir del cuarto y mostrarme su par de muslos y mover el culo como toda una maestra de la seducción. Me había atrapado y ahora se preparaba para torturarme…


Ese día estuvimos haciendo casi todo juntos. En las mañanas desayunábamos juntos en la piscina, luego nos tirábamos a tomar sol mientras disfrutábamos de algunos jugos que preparábamos o alguna que otra bebida del lugar. En las tardes luego del almuerzo nos echábamos en el sofá y casi siempre terminábamos tomando una pequeña siesta para luego jugar a lo que sea con ella o solo escuchando música, bailando con ella, una lambada o una salsa sensual… habían cosas que hacia que me enamorara mas de ella, además que cada día solía sorprenderme con su ligera forma de vestir. Realmente estaba disfrutando mucho esos días, pero aun tenia muchas cosas por recorrer.

Un día en la mañana ella entro a mi cuarto con su pequeña pijamita traslucida (realmente de infarto) y lo hizo con tal silencio que no me di tiempo de esconder mi expresivo miembro mañanero. La sabana con la que dormía era realmente delgada, imposible de usar otra debido al denso calor que ya se sentía desde muy temprano. Eso realzaba cualquier cosa que estuviera detrás, seguramente el hecho de dormir desnudo complicaba mas la situación. Entonces, ella seguramente percatándose de la situación, se acerco a mi oído y con su suave voz, y de paso asustándome, me digo:
- Que bien se ve jovencito!...
- Ahhh!!.. Andrea me asustaste… (sonrojo)
- Jajaja Miguel, creí que ya estabas despierto
- Ehmmm no, recién me acabas de sorprender
- Si ya me di cuenta de la sorpresa… (una sonrisa malévola)

Entendía recién la situación. Sin duda me había estado observando antes de comenzar a sorprenderme, me sentía avergonzado mientras ella me observaba a los ojos con mirada algo impresionada pero sonriente… pero para entonces me percate claramente que su pijama era de los que realmente eran de sorprender. Aquella prenda traslucida me mostraba sus pezones tan imponentes que nuevamente recupere mi impresión y de paso algo de mi excitación. Entonces, mientras decía no se que, ella se dirigía a mi ventana para abrir las cortinas, literalmente frente a mi, dándome una bellísima vista de su espalda y sus muslos por lo corto que era el pijama que llevaba. Volvía a excitarme por tal vista, que fue cambiada brutalmente por algo mas sublime todavía. En el instante que de golpe abre las cortinas, aquella luz del amanecer la alumbro tan impresionantemente que pude observarla por completo. Vi como esa luz traspasaba las fronteras de su única prenda que llevaba encima, y digo única prenda porque esta luz era tan despiadada con ella y tan generosa conmigo que pude notar muy claramente que solo llevaba esa pequeña pijama encima, sin tanguita ni menos sujetador, su piel era tan clara y linda que la presencia de otro intruso seria obviamente notorio. No pude contener mi excitación y nuevamente estaba como un garrote. Luego ella, con la dulzura que me tenía acostumbrado, giro con tal delicadeza mientras su pijama literalmente flotaba sobre ella; me miro tan sonriente y llena de ternura, sus pezones de igual manera y se acerco con la misma hacia mí para sentarse a mi lado:
- Que lindo sol salio hoy no Antionio?
- Si, me gusta mucho…
- Jaja y porqué tan callado? O aun estas dormido?
- No, solo que…. No nada descuida.

Luego, ella quizás imaginándose la situación (sabia que su prenda era traslucida lo creo), se miro bajando su vista y en un corto instante de silencio se paro nuevamente frente a mí y me pregunto:
- Que tal me queda esta pijamita?, nunca la viste no?
- Ehhh no, nunca la vi…
- Y te gusta como me queda?
- Si si Andreita, te queda muy bien.
- Enserio? Casi nunca lo uso porque se que es atrevida… o que crees?
- Ehhh no se, te queda muy bien me gusta…
- Jaajja pero no te sonrojes Miguel…
- No es nada, solo necesito darme un baño nada mas….
- Jaja bueno, pero enserio te gusta?
- Si claro!, te queda muy bonita, te ves sexy…
- Que bueno… que te parece si te levantas rápido y seguimos en nuestra rutina del día?
- Me parece genial.

Y así fue. Me era casi imposible de creer en la situación que me encontraba. La verdad es que le quedaba muy bellísimo, pero para mis hormonas era un suplicio. Solo por ser tan ligera no lograba observar bien sus nalgas cuando caminaba, pero cuando se detenía en algún lado y se le pegaba a la piel podía ver claramente cada detalle de sus curvas… y era obvio además que sus pezones si eran notorios, eran lo suficientemente obvios como para saber que ella lo tenia presente y eso la convertía en cómplice de su seducción. Le agradecía cuantiosamente por el detalle.
Entonces, sin mas reparo ella salio de mi cuarto y yo fui volando al baño, necesitaba desahogar mi explosiva excitación que había sido provocada por una niña que se encontraba realmente buena, aun mantenía la visión que se me quedo cuando abría las cortinas y la magia de su cuerpo desnudo dentro de esa lujuriosa pijama iluminaba mi visión tanto como mi excitación. No había duda, no llevaba sujetador ni menos tanguita, me sentía en las nubes mientras me excitaba y estaba a punto de emitir uno de los orgasmos mas ricos que me haya provocado, pero que repentinamente fue reprimido ante la presencia de Andrea que ya hacia en mi cuarto nuevamente y me llamaba:
- Miguel!, que haces, donde estas?
- Ahhhhh siii, estoy duchándome en el baño…

Sin más, vi su silueta entrando por la puerta del baño, con algo en la mano y que no lograba distinguir porque aun me encontraba en la ducha y solo rodeado de una cortina del mismo grado de traslucides que su prenda. Recordé entonces que había dejado la puerta abierta y lo había olvidado…
- Creí que estabas algo…. No se, escuche como si gimieras…
- Que!!!! Ah noooo, me estoy bañando…

Entonces sentí un silencio como entendiendo la situación que Andrea comenzaba a traducir en su mente, quizás sin darme cuenta en plena faena debí haber expresado algún gemido mío y que por el grado de excitación que tenia en mí no me haya dado cuenta… entonces, aquel corto silencio entre ambos fue interrumpido por una pregunta tan directa que nadie me lo haya echo en mi vida…
- Te estas masturbando?
- Que!!!!!... noooooooooo, no nada me estoy bañando…
- (silencio además de una carcajada silenciosa) uhmmmm….

Me encontraba en un aprieto. La vergüenza que tenia estaba reduciéndome a mi miedo, en el qué dirá de mi, en la decepción que quizás sienta por mi, por ser tan infantil, no se que… creía que el juicio lo había perdido y todos mis secretos íntimos también, era obvio que me había descubierto…
- Solo vine para que arregles la tostadora, no prende y creí que tu sabias…
- Ah bueno, en un rato bajo y lo arreglo…
- Esta bien, entonces te espero abajo.

Ella lo sabía. No quise bajar, tenia mucho miedo, pero a la vez, entendía que lo que hacía no dañaba a nadie, que estaba en mi intimidad y que era ella quien había violado mi barrera, a sabiendas que le había mencionado que me iba a duchar ese rato, no tenia culpa de nada, no tenia porque sonrojarme ante lo sucedido… Pero además, no debía quedarme así, necesitaba terminar lo que había comenzado, y mientras mi mente jugaba nuevamente a desnudar a mi bella Andrea me percate que ella aun seguía allí, inmóvil, sigilosa, no se, me asusto su presencia, su silueta era notoria, pero mas notoria para ella era mi desnudez, mi clara desnudez y seguramente mi claro empalme que tenia, lo estaba mirando todo y recién me percataba de la situación:
- Andrea, estas allí?
- Ehhh siii, no, ya me voy, te espero abajo…

Y se fue. Me había estado espiando. Que mas, era ella quien me había invadido, a si es que seguro cuando baje luego de mi empalmada podría mirarle a los ojos y conversar sin mas vergüenza ni nada, aunque debo reconocer que no estaba tan seguro que digamos…
Luego de unos minutos más, con las hormonas ya mas tranquilas, me puse algo ligero, un short y un polo suelto, por si las dudas, para así bajar sin reparos y sin miedo (relativamente).
- Hola, ya me duche… donde esta la tostadora?
- Esta allí encima de la mesa.

Ella estaba de espaldas, con aquella prendita provocadora de mis espasmos y de mis excitaciones de aquel día, preparando el desayuno seguramente. Solo atine a arreglar no se que, en realidad nada porque luego de un golpe lo conecte y estaba bien esa maquina. Finalmente no intentaba ni intentaría asustarla ni increparla, solo la deseaba a ella.
- Ya esta!, no tenia nada…
- Ah ok, aquí esta el desayuno…

Acto seguido se giro trayendo una fuente con unos panecillos y jugo y comenzamos a desayunar, mudos, provocando mas con el transcurrir de los segundos nuestras mutuas vergüenzas, complicando mas la situación que debía de romperse el hilo, si no el día seria malo.
- Esta rico el jugo Andreita, me gusta mucho…
- Enserio? Que bueno Miguel lo hice con cariño!.

Listo, ya estaba resuelto, una mutua mirada, combinada con un intercambio de sonrisas nos convertía de chicos nerviosos a cómplices de la situación.

Luego de desayunar fuimos a nuestro acostumbrado reposo frente a la piscina; ella no atino a cambiarse nada, yo agradecía mucho la situación y solo nos echamos a platicar y disfrutar del sol:
- Que rico esta el sol Miguel, me encanta…
- Si esta rico, mas tarde nos damos un chapuzon te parece?
- Claro!, mas bien que te parece si tomamos un vino?, tengo uno guardado que me regalaron?
- Un vino?
- Si, no se, aprovechemos ya que estamos solos en casa que dices?
- Bueno, claro, esta bien, donde esta para traerlo?
- Descuida yo misma voy
- Ok, entonces te espero…

Listo, por lo visto las cosas iban mejor a si es que seguramente se prestaría el ambiente para conversar de todo, hasta de lo sucedido, creo que se arreglaba todo…

Luego de unos minutos y al grabar nuevamente una buena vista de sus nalgas mientras se levantaba a traer la bebida, vino tan alegre como siempre, con dos copas a la mano y una gran botella de vino:
- vaya, creo que ese si es un buen vino!
- O si, es grande pero igual somos dos, me dijeron que es muy rica…
- Si es rica, ya veremos…

Y así nos prestamos a tomar y tomar…

Asi comenzamos a soltarnos sin mas tabúes ni nada por el estilo. En realidad andábamos ya por la tercera copa, el calor de un buen vino siempre inspira a seguir disfrutándolo y a entrar en confianza con quien sea. Cada vez perdíamos aquella singular circunstancia que deambulaba en el desayuno, ahora, ella me contaba sobre el lugar donde estudiaba por las mañanas, las salidas de sus amigas y amigos, de los chicos que le gustaban, todo… la platica en cada transcurso se tornaba interesante, pero cada vez mas sentíamos lo obvio a tocar.

Mi cabeza se concentraba en ella, en observar cada detalle de sus labios, en cada textura de su rostro, en cada cambio de color, en sus bellos ojos que me hipnotizaban, todo, la tentación se iba engrosando cada vez mas, mientras ella me hablaba con dulzura de sus travesuras de adolescente y mientras yo aprovechaba cada descuido para mirarla en completo por la muy fina prenda que llevaba puesta. La sensación inicial de mirarla con la misma prenda no había disminuido, aun sentía la misma temperatura de su ligera ropa tanto como su sutil desnudez; su piel era tan tersa, sus piernas flexionadas apuntando a mi ombligo mientras ella lo rodeaba con sus manos, echada e inclinada hacia mi y disfrutando de tan bella tarde desapercibida por su gracia. Y cerrando con broche de oro por ratos y en el transcurso de nuestras platicas rozaba sutilmente sus rodillas desnudas, siempre flexionadas para no dar mas vista de su desnudez, tan ligeramente que ya parecían caricias mientras argumentaba moverlas conforme la conversación se prestaba a expresar la intensidad que tenia de estar tan cerca de ella. Además era obvio que por ratos la debía tocar, en nuestros escasos diez centímetros que separaba mi cuerpo de el suyo mientras nuestras miradas se hacían mas intensas por el calor de un buen vino helado. La estaba pasando fenomenal.
- y que creerán que estemos haciendo nuestros padres?
- No lo se Andrea, creo que tus padres deben estar mas tensos que los míos
- Y porque eso?
- Porque los míos no sabían que los tuyos no estarían
- Ah claro, tienes razón, pero en algún momento se enteraran
- Eso si, pero igual tus padres deben tener mas miedo
- Jaja y eso porque ahora?
- Pues pensar que estas viviendo con un chico, solos en casa, les dará muchas vueltas en la cabeza no?
- Jaja cierto, les estarán saliendo mas canas ahora jaja.. pero, tu no me harías daño no?
- Uhmmmmm…. Como crees eso? Como te haría daño?
- Baaaa no se, solo se que me encanta que estés aquí…
- (silencio).
- Sabes Miguel, me caes bien, pero tu polo no me gusta
- Jajajaja, y eso porque?, a mi me gusta
- Es que es muy ancho y no se si estas gordo o muy flaco
- Jajaja pero estoy bien, tengo contextura normal
- Baaa no parece, mejor quítate el polo que además hace mucho calor…

“A sus órdenes”, dije por dentro, mientras me despojaba de aquel polo dejándome solo con short entonces. Sin duda cada vez se ponía interesante la cosa. En aquel corto transcurso, mientras me sacaba el polo, note una atención tan prolongada en ella por ver mi ombligo que intente forzar y aparentar una falaz esbeltez…

- Vaya abdominales que Tienes Miguel, por lo visto andas en forma…
- ni tanto, solo algo de abdominales nada mas por día…
- ya veo… y tienes vello en tu ombligo también (silencio espectador)
- ah si, pero creo que es normal…

Ella no despegaba su mirada, parecía tan sorprendida como si se tratase de algo raro, pero por ratos me ponía nervioso. Entonces, mientras se acomodaba a mirar más de cerca uno de sus brazos se apoyo ligeramente sobre el piso, y ni tan segura porque entonces resbalo lo suficiente como para derramar sobre sus piernas y pijama, a la altura de su ombligo, algo de vino:

- Dios!!!, ya me moje…
- Huyyy, jajaja

Nos reímos… tan cerca, mientras nos mirábamos con complicidad. Tan cómplices que sentí en su mirada una transformación de gracia a sensualidad, algo pasaba sobre su cabeza…
- Y ahora, que hago?
- Uhmmmm no se, creo que debes quitártelo…
- Jaja pero si no llevo nada por dentro
- Nada? (me hice al sorprendido)
- Enserio no llevo nada, ni si quiera mi tanguita…
- (silencio sepulcral)…
- Pero sabes que haré mejor Miguel?
- Ehmmmm, que?
- Nos pondremos a par…

Entonces, sin mas que decir, se sirvió un poco mas de vino y literalmente me hecho sobre mi short, exactamente a la altura de donde no debió hacerlo…

- jajajaja… ahora si estamos iguales! Jajaja…
- uhmmm, me mojaste todo, esto no se va a quedar así…

Entonces me pare, tome la botella de vino y en su intento desesperado por correr la tome de la cintura apretándola hacia mi ser y la detuve para echarle por lo alto todo el vino que sobraba…
- Nooooooooooo!!!!!!!!!!!...

Ella gritaba riéndose, intentando evitarlo, pero ya era imposible, mientras las carcajadas nos mataban de placer… solo atine a sentirla tan de cerca, mientras en ese entonces mi interior se preparaba a encenderse por su culpa… pero lo mejor estaba por venir… luego de bañarla completamente de vino y estando ya parados y a escaso metro de distancia, ella mantenía su rostro mirando al suelo con el cabello mojado de vino, mientras su increíble pijama se encontraba completamente mojada y perfectamente pegada a su piel…

dios!!!!!!!!!!!!!!!!!!, que panorama tenia frente a mi… no podía esperar ni pedir mas a cambio, esa escena era lo mas excitante que me había pasado en toda la estadía allí… si en la mañana, solo con la luz que penetraba mi ventana podía observar lo delgado que era su diminuta prenda, con la humedad provocada por el vino, además de verla tan bella como siempre, pude percatarme completamente de su desnudez… no lo podía creer… pero solo fueron unos segundos, ya que en ese instante ella atino a sentarse nuevamente mientras se reía de nuestra travesura, en la misma posición de nuestro momento de charla, flexionando sus rodillas hacia su pecho, algo echada, pero notoriamente húmeda… en esa posición era obvio que sus nalgas por detrás andaban descubiertas, tan tentadoras a mirar, mientras que sus brazos rodeaban a sus piernas desnudas tan bellas que en realidad nunca logre concentrarme en sus temas de conversación…
- Hay Miguel, mira como me dejaste…
- Jajaja, tu comenzaste…
- Jajajaja eres muy pícaro sabes (se acomodaba el cabello)
- Perdon… pero yo termine igual que tu…
- Jaja cierto, también te mojaste jajaja… y ahora que hacemos?
- No se, terminamos de tomar nuestras ultimas copas y nos vamos a cambiar te parece?
- Esta bien…

Y en un rápido sorbo termino su bebida, para luego mirarme y obviamente esperar lo mismo… para entonces estaba completamente excitado.

- listo!, ahora vamos a cambiarnos…

Me pare rápidamente para que no se fije en mi empalme mediatico y dándole la espalda caminaba lentamente, pero, sin más esperar, ella me tomo del brazo y me empujo hacia la piscina…
- jajajaja…

plash!!!...

Ella gozaba de mi caída mientras escuchaba como el agua rodeaba mi cuerpo al instante… fue sorpresivo, y al salir rápidamente me percate lo inmensamente erótica que se veía allí, paradita frente a mi, húmeda y fresca, sonriente y maliciosa, riéndose tan feliz por lo que nos pasaba en cada segundo de nuestra soledad mientras su travesura exhibicionista me daba una espectacular vista de su entrepierna, no lo podía creer… era obvio mi excitación, no lo notaba ella porque aun me encontraba dentro del agua, pero para entonces, mientras subía lentamente al borde de la piscina, la tome del brazo y juntos caímos con fuerza al agua:
- Miguel, nooooooooooooooo!!!!!!!!....

Plash!... sumergidos nuevamente.

Disfrute por todo, mi mente alucinaba todo entonces, mi despertar, la luz de mi ventana, su presencia en la ducha, mi empalmada a su nombre, todo, solo su sonrisa y su bellísimo cuerpo desnudo metido en tan ligera prenda se repetía en las imágenes intercambiadas en mi imaginación, su bello rostro que remarcaba no solo la lujuria de mis tentaciones hacia ella, sino el amor que ya comenzaba a sentir.

Volviendo en mí, Salí a la superficie casi junto a ella, mirándonos a escasos treinta centímetros, riéndonos como un par de niños, mirándonos muy fijamente, todo era perfecto. Para eso importaba poco lo demás, solo sus manos limpiando el agua de su rostro al igual, mientras sonreíamos felices de lo que nos estaba pasando. Yo allí, mirándola fijamente, fijándome sin reparos como su tela había tomado la forma perfecta de sus dos senos, tan delicadas al verlas, tan sutiles y llenas de firmeza, tan imponentes entonces mientras ella cerraba sus ojos cada vez que se tomaba el cabello. Luego tocando sus hombros con delicadeza, transcurriendo ligeramente los segundos, para sin mas imaginar, sentir entre nosotros un disolver de aquellas miradas de felicidad por otras tan inesperadas y sencillas como las de deseo…

Sus ojos miraban fijamente a los míos, las sensaciones se tornaron distintas ante todo, mi corazón palpitaba mientras mi vientre sentía un hormigueo tan raro e intenso, estimulante por completo, ella ya dejaba de sonreír para mirarme con deseo, con tal deseo, aquel deseo que desde mi llegada a su casa había despertado, aquel que sin imaginar crecería cada día en el transcurso de su mirada, de su caminar, de su bella sonrisa, de lo admirable que solía verse siempre, intercambiando prendas que sin duda encajaban al deseo mas solemne de mi alma, que de pronto fue cambiado lentamente por mi acercamiento a sus labios aquella tarde y sin mas miedo a nada darle el beso mas profundo que haya expresado en alguien…

Y así la bese…

Solo atine a sentirla con amor, sus labios tan finos como se veían los expresaba en su tibio beso, tan terso y húmedo, mezclado con dulzura y un sabor sublime a vino, tan delicada al movimiento de sus labios y tan provocadores y letales para cualquier ser humano. Ese beso fue el inicio del recuerdo mas profundo de aquella tarde…

Sin más reparos el tiempo y el vino fue transformando ese beso en otro agitado y ambicioso, deseoso de pasión, tan leve al inicio y tan necesario al sentirlo mas fuerte entonces, la calidez de sus besos provocaba en mí la intensidad de los míos, buscando sentir mas y cada vez con mas ambición de ella.

Luego entonces, transcurrido ese trance y placer mutuo, nos dejamos de besar lentamente para luego mirarnos, quizás preguntarnos “¿Qué paso?”, o como en mi caso expresando un “siempre de desee”… nos miramos algo temblorosos, tímidos y nerviosos ante lo ocurrido, ansiosos por repetirlo, pasmados, lo suficiente como para entrar un instante en la incertidumbre y para luego confirmar en vuestras mentes que aun necesitábamos de mas placer… en unos segundos mas y nos volvimos a besar, afirmados que si lo deseábamos realmente…

Ese beso fue mas intenso. El reparo de abrazarla se convirtió en mas urgente, ella me tomaba del cuello evitando que me aleje, yo la tomaba de la cintura evitando perderla, ambos nos necesitábamos mientras nuestros labios expresaban el amor que nos teníamos, tan puros y discretos al inicio, tan deseosos en el momento. El calor de su cuerpo rodeada por el agua y mis manos se acentuaba más, mientras su lengua se atrevía a jugar con la mía, deseosa de explorar sensaciones, ansiosas de sentir mi humedad, tensa como lo que sin imaginar despertaría en mí silenciosamente… pero no importaba, la bese y luego la bese con mayor intensidad su rostro, su oído, me concentre en su cuello…

Ese beso tuvo otro tono en aquella tarde, mas lujurioso, producto de la tentación de nuestros cuerpos, sintiendo su piel tan fina, moviendo no se como mis manos tanto como los suyos, acariciando su espalda y confirmando la tenaz ausencia de su sujetador… entonces paso algo mas interesante: entre la combinación de mis besos en su cuello sentí algo mas de placer en ella, cerraba los ojos, acariciaba mi cabeza, presionaba su vientre al mío… cada vez la sentía mas y eso me excitaba mas entonces.

Luego de unos minutos abusando de su ser, ella se detuvo para mirarme con lujuria, notoriamente nerviosa por el momento, sin quitar su mirada dominante y fija, se giro y acomodo su cabello para invitarme en nuestro lenguaje mudo a besarla detrás de su cuello… y ella se estremeció de la acción:
- uhmmm…

Sentí con claridad, estaba ahogándose de deseo tanto como a mi, tomándola de su delgada cintura, acariciando su vientre y confirmando finalmente la ausencia de alguna tanga suya, para que así, en un de repente, ella se acercase tanto para sentir mi miembro que ya hacia presencia en la cita…

Fue curiosa la situación, fue sin pensarlo, pero quizás fue tan fuerte la sensación mutua que ella no dudo en acercarse con mas fuerza y literalmente poner sus nalgas sobre mi vientre. Que placer…
- uhmmmmm….

Su respiración cambiaba, nuestro abrigar era mas fuerte, yo besando como un despiadado su cuello, tan fino, mientras la miraba como disfrutaba del momento con los ojos cerrados, era algo nuestro e intenso. Y así, sin mas que esperar, siento sus manos bajar a tomar mi cintura, aun dándome la espalda, acariciándome y sintiéndome con deseo notoriamente… la situación se torno cada vez mas erótica, ya no había pudor sobre nosotros, yo aun temía tocar sus senos, pero ella presionaba mi cuerpo sobre sus nalgas sutilmente, pero en cada instante cada vez mas notorio, luego, siguiendo con su desmesurado placer, sentía deslizar muy suavemente mi short hacia mis pies, necesitando obviamente algo mas que sentir mi miembro, limitado por una pared de tela. Agradecía cuantiosamente su deseo.

Sin más, solo accedí a su pedido quedándome inmóvil, dejando que ella logre su cometido, pero repentinamente retenido por mi miembro que obstaculizaba su objetivo curiosamente. Cada vez que intentaba deslizar mas abajo mi prenda, mi miembro presionaba sus nalgas avisándole la situación. Sin más reparos ella se giro, nos miramos nuevamente y disfrutamos de otro buen beso mojado. Ya no existía limites ante eso, pero graciosamente sentí como sus manos se deslizaban sutilmente sobre mi pecho, me besaba el cuello con notoria lujuria, tomaba mi cintura y para entonces sus manos se atreviesen a deslizar mi short de aquella traba… ya no había obstáculos para ella, se acerco a besarme nuevamente, con mucha ansia y deseo mientras sus pies ya pisaban aquella tela que no hace mucho la llevaba puesta.

Mi miembro estaba en su dimensión. Ella lo notaba porque para entonces lo apretaba a su vientre, yo la abrazaba tan fuerte como sintiéndola mas, sin limites a nada, sin miedo aun, deseosa de placer tanto como yo. Entonces repentinamente paro de golpe y se alejo como unos dos metros… me sorprendí de aquella acción, creí que ya estaba arrepentida de la locura, quizás volvió en si y se estaba arrepintiendo de lo sucedido, quizás fue eso y yo imaginaba así, pero su mirada me decía lo contrario.

Estando a dos metros aun no cesaba de mirarme, tan dominante como al inicio, tan fijo como una leona, con un cuerpo tan imponente por su notoria desnudez, para entonces decidir algo que era lo que más deseaba… mientras me miraba, deslizaba sus manos por debajo del agua, tocándose lentamente sobre sí y llegando al extremo inferior de aquella única prenda que flotaba sobre su cuerpo en el agua, aquel impedimento que nos diferenciaba entonces, yo desnudo, frente a ella y sumergido al igual, expresando en mi mirada lo agradecido que me sentía en ese momento, para que después y sin mas esperar repentinamente tomara aquel extremo de su pijama con sus dos manos y observar lentamente su deslizamiento hacia la superficie, con el memorable fin de mostrar su mas completa desnudez, aquella que tanto había esperado, desde mi llegada, de las que imaginaba con lujuria mientras mi mano la reemplazaba en mis candentes sesiones orgásmicas, donde la imaginaba tomándola y disfrutándola, aquella desnudez que en solo segundos se mostraba, con sus dos hermosos senos medianamente sumergidas en el agua, ya hacían realidad frente a mi, allí se encontraba ahora, mi deseada Andrea, tan preciosa desde el inicio, por fin, completamente desnuda y frente a mí.

Así, tomando la prenda en sus manos, la dejo caer y sumergirse como un velo de ángel sobre el agua, mientras su mirada me preguntaba si estaba a gusto con lo que tenia en frente, como esperando una respuesta, aquella que no dude en responder acercándome lentamente hacia ella y besándola nuevamente, para seguir amándonos aquella tarde de las que nunca acabaran en mis pensamientos.

Mi cuerpo no dejaba de acariciar su tersa espalda, ahora tan desnuda y deseada por mucho tiempo, la tenia en mis manos, tocándola con dulzura, cantando sobre su piel, acariciando de a pocos y con abusiva lujuria. Era lo que mas había deseado y entonces estaba teniendo, ella abusando del placer mientras mis besos penetraban sus sentidos, apretándola hacia mí, sintiendo con tal imposición la ternura de sus dos senos, tocando con mi imaginación ese vello pubico que acariciaba mi vientre mientras andaba tocando su delgada cintura desnuda, todo desnuda y hermosa para mi.

Para entonces ya habíamos perdido la noción del tiempo, era obvio, nuestros besos atendían a nuestro propio período, aquel que volví a recordar luego que ella nuevamente se separase de mí sorprendiéndome nuevamente, para que retrocediera sutilmente unos pasos y nuevamente me mirase tan deseosa, a tono de lo que estábamos pasando entonces… Pero todavía las cosas se tornaron mas interesantes aun; ante su silencio misterioso su silueta de mujer desnuda sumergida en el agua me estaba convirtiendo en un lobo frente a su presa, tan excitado como nunca y deseoso de tenerla para mi, preparado para lo mejor seguramente, pero impresionadamente sorprendido por el repentino alejamiento de su cuerpo desnudo que indicaba se dirigía a las escaleras de la piscina, tan lentamente que me avisaba a prepararme para tener algo mejor aún…

Sin mas imaginar, ella comenzaba a subir las escaleras saliendo de la piscina repentinamente, tan lento y sensual, con aquellos movimientos que desde que los percibí la primera vez me mataban de admiración y lujuria, esta vez era mas fuerte aun, su delicada desnudez dándome la espalda era lo mejor para mi en ese momento… su bien esbelta espalda, su cabello que se deslizaba sobre el, tan mojadita y deliciosa, aquella piel tan fina y delicada, brillante por las caricias del agua sobre ella, esas nalgas tan bellas que eran deleite por primera vez de su desnudez por mi presencia, tan firmes como una chica propia de admirar y con unas piernas tan bellísimas que sentía estar en el paraíso de los ángeles. La visión que tenia era única, la mejor de todas, preciosa como siempre y de paso húmeda como lo deseaba, realmente impresionado de ella.

Entonces, ya estando fuera de la piscina, giro su rostro hacia mí, me miro fijamente y con su mano me ordeno a que la siguiera…. Esa orden que jamás te negarías estaba para mí…

Entonces atine a seguirla como bien lo deseaba, ya no importaba la impresión de nuestra primera vez viéndonos desnudos, el placer que nos estábamos dando sin tocarnos era tan intenso que no nos detuvimos a pensarlo ni nada de nada… ella caminaba lentamente moviendo sus dos hermosa nalgas, modelando para mi y demostrándome lo buenísima que estaba para cualquier ser humano. Su orgullo era notorio, pero no había mas que decir, tenia el pleno derecho de sentirse orgullosa de lo que tenia, yo mas que nunca podía afirmar que era bellísima, deliciosa y admirable sin duda.

Más rato ella entraba a la casa, yo siguiéndola aun, atento a su sorpresa, aquella que fue bruscamente desatendida debido a que se dirigía a las gradas…

Dios!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, estaba a punto de verla subir las gradas en su plena desnudez!!!... de disfrutar el movimiento de sus nalgas en cada peldaño, de su entrepierna que aun no descubría del todo, de sus movimientos, era la mejor visión que podía esperar entonces… para aquel momento ella se esmero en demostrarme lo increíble que se encontraba físicamente, no era necesario, mi sorpresa y admiración era de antes, solo la lujuria mas impura me estaba dominando ese momento, la deseaba como a nadie, el final de todo era nuestro deseo y era lo que importaba.

Ya en el último peldaño vi que se dirigía a su recamara, callada y misteriosa, yo atento y algo tímido pero deseoso, excitado por todos los ángulos, para que así ella, ya dentro de su aposento, girase sobre si para mirarme y decirme con un tono tan sublime como si misma:
- Deseo que sea aquí…

Fue suficiente. Ella acomodo a su precioso cuerpo a su lecho, tan bella y fina que fue entonces por primera vez que por fin pude verla en su máxima magnitud: echada en su cama, completamente desnuda, con sus brazos sobre la cabeza, mirandome con deseo, completamente húmeda e inmensamente deliciosa por todos los ángulos. Que bella se veía entonces.

Sin más reparos me eche sobre ella, la mire así y la bese con toda la lujuria contenida en mí… Ya no tuve reparo en nada, la tocaba frenéticamente mientras sentía su aliento agitado, la bese tan intensamente en los labios para luego concentrarme en su delicado cuello. Era de los mejores momentos, su cuello tan húmedo, invitándome a recorrer más de ella, deslizándome suavemente a su pecho, tocando sus delicados senos y en un abrir y cerrar de ojos tomar con fuerza a una con mis labios…
- ahhh….

Expresaba con dulzura, tenia mas para ella, aun era el comienzo de lo que será lo mejor para mi. Mis manos tocaban uno de sus senos, mientras la otra era sumergida en mis labios, apretándola tan dulcemente mientras por momentos la mordía con sensualidad sus pezones… intercambiaba con dulzura y con digno placer de un amante. Entonces, el llamado de su ombligo me inspiro a concentrarme unos segundos en el, sin dejar de acariciar aquellas bellas glándulas mamarias que tantas veces deseaba tomarlas, mi humedad abusaba de su contorneada esbeltez, tan delicada como siempre y fina como acostumbra. Pero al observar mas debajo logro percatarme de un escaso bello pubico, notoriamente virgen de algún arreglo, tan desafiante y tierno y tan escaso en su presencia. Aquella niña sentía mi placer, cada suspiro agitado suyo era la muestra de lo que sentía, mientras mi boca besaba con pasión su monte de Venus y mis manos atinaban a abrir ligeramente sus temblorosas piernas.

Sus muslos eran de lo mejor. Estando allá abajo las tome como mías, besándolas con fuerza, acariciándola con amor, sus piernas lo suficientemente abiertas como para sentirla cada vez mas, la tenia justo para mi, cuando de repente sentí la necesidad de parar y mirar su desnudez nuevamente…

Que hermosa se veía así… Completamente desnuda, iluminada por la luz que emanaba su ventana, con sus ojos cerrados para este mundo y con su cuerpo ansioso a ser poseído… la mejor visión que podía tener cualquier hombre en esta tierra, desnuda y con sus largas piernas levemente abiertas, ya estaba lista para mi…

Sin mas que decir, luego de observarla tan bella, atine a acercarme lentamente a sus labios vaginales, tan delicadas y húmedas mientras ella esperaba mi sorpresa, para así, sin mas preámbulos, mi acercamiento a su mas fina humedad se convirtió en la marca mas fuerte de aquella sesión, para que entonces lactara aquellos jugos tan intensos que esperaban en su interior de su vagina…

- Haaaaaaa….

Expresaba con lujuria. Sus gemidos andaban acentuándose notoriamente, la tenía fuerte, tomándola de sus nalgas, presionándola al deseo mientras ella se magreaba y se desesperaba del placer que estaba recibiendo.

- Haaaaaaa, haaaaaaa….

Repetía lujuriosamente, eran melodía para mis oídos, era la tonada mas fina creada por una dama, tan gentil en su canto, tan excitante por dentro, se estremecía y se torcía de placer, yo la estaba disfrutando, bebía de su humedad, disfrutaba de su néctar, estaba poseído de su entrepierna…

Para entonces, luego de unos largos minutos, ella despertó de su lujuria para mirarme nuevamente de su sueño y decirme con un tono sumiso:

- Ven aquí, te necesito…

Nada más. Sus ultimas palabras fueron el comienzo del placer mas profundo sentido por alguien, el orgasmo contado desde su desnudez hasta lo mas profundo de su ser, la estaba haciendo el amor como a nadie, estaba para mí y nadie mas, disfrutaba de sus gemidos que eran canción, composición, poesía para los míos, nuevamente lujuriosa…. La tomaba como quería, mientras ella se erguía en su sueño, sin necesidad de abrir los ojos, no lo necesitaba, el placer era lo mas necesario en ese momento, vuestros roces, vuestros vientres agitándose rítmicamente, sus gemidos de silbido, era la luz mas intensa de mis orgasmos aquella tarde de enero, de aquel domingo de éxtasis, de aquel dormitorio que estaba grabando el cortejo mas hermoso que el ser humano haya conocido en la vida, sus senos bailaban conmigo y no era necesario pedirle mas…

- haaaaa, haaaaa, haaaaaa…

Aquel canto que permitían observar la atención de sus senos oscilando por los golpes de mi vientre, eran más intensos cada vez. Sus labios humedecidos constantemente por su lengua, mientras sus brazos yacían recostados a la altura de su cabeza, sometida al deseo, tensa de placer, tan delgada y bella, mi visión se convirtió en lujuriosa…

- haaaaaaaaa , haaaaaaaaa, haaaaaaaaa…

Era su intensidad, cada vez mas acentuosa, melódica, imponente… friccionado por mi ser y disfrutado mutuamente, era la intensidad que ya nos llamaba a ventilar y expresar mutuamente nuestro orgasmo mas extenso y brutal de nuestra larga danza llamada lujuria…

- haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!....

…….

Silencio…

Nuevamente silencio…

Aquel día, ninguno despertó, el silencio fue nuestro cómplice nocturno, y así y sin más esperar nos quedásemos dormidos...